20 El Juicio





20 EL JUICIO
Engel:  Vida eterna, perdón, paz, reconciliación, resurrección, despertar, curación, milagro.

Hales: Despertar, renovación, discernimiento, lo que se deja atrás, lo que se rescata. Perdón, claridad para ver la verdad. Renacimiento.  Llamada interior.

Jodorowsky: ¿Qué está renaciendo en mí? ¿Cuáles son los deseos irresistibles que me dominan? ¿Me siento capaz de crear una familia feliz? ¿Con quien estoy colaborando para hacer algo que nos lleve a una realización superior? ¿Acepto en convertirme en humilde canal de los deseos del cosmos?


20. EL JUICIO: HERMES EL PSICOPOMPEO, EN EL TAROT MÍTICO

La carta del Juicio retrata a un joven moreno, de pelo rizado, vestido con una túnica blanca y una capa de viaje roja como la sangre. Sobre su cabeza tiene un casco alado, y sus pies calzan sandalias aladas. En su mano derecha tiene el caduceo, el báculo de la magia rodeado de dos culebras. A ambos lados de su persona, medio visibles, hay dos columnas, una negra y otra blanca. Las escaleras en las que está él, suben hasta una puerta a través de la cual se puede divisar un paisaje verde y fértil sobre sobre el que acaba de levantarse el sol. Delante de él hay muchos ataúdes tallados, y de estos sarcófagos se están levantando los muertos, incorporándose hacia él tal y como están, recién salidos de las mortajas de su entierro.
SIMBOLOGÍA
Las columnas negra y blanca reflejan una vez más la ambivalencia con sus dos potencialidades, la destructiva y la creativa.
Los muertos están momificados porque las experiencias del pasado permanecen olvidadas e inalteradas en el subconsciente, hasta que de repente su significado sale a la luz.
Ahora podemos entender a las dos culebras enroscadas alrededor del báculo de la magia de Hermes como emblemas del mundo subterráneo femenino de los instintos, que Apolo, el dios-sol, conquista, pero con el que Hermes se relaciona de una manera distinta, utilizándolo para servir a sus propósitos más elevados en el designio del camino de la vida.

RELATO DEL MITO: Aquí, como nos estamos acercando al final del ciclo de las Arcanos Mayores, encontramos a ese dios que vimos al principio, Hermes el Psicopompeo, guía de las Almas. En la carta del Mago, Hermes aparece como el guía interior del Loco al comienzo del camino de la vida -un tramposo, un protector de los viajeros perdidos y un mago que puede encauzar el camino a través de las intuiciones misteriosas que en la mitología se decía que dispensaba el dios. Ahora se revela como una poderosa divinidad del mundo subterráneo, emisario de Hades, dios del inframundo, que llama a los moribundos de forma amable y elocuente posando su báculo de oro sobre sus ojos.
Pero Hermes puede también llamar otra vez a la vida las almas de los muertos, así como puede introducirlas en el reino de Hades. Según la mitología, cuando Tántalo, el rey de lidia, hizo pedazos a su propio hijo y lo sirvió en banquete a los dioses, Hermes volvió a juntar los pedazos y devolvió la vida al joven. Como heraldo de los dioses celestes, Hermes también liberó a héroes como Teseo, que entraron en el reino de Hades de forma ilícita y luego se quedaron allí detenidos. Guió también a Orfeo, el dios de la música y las artes, hasta el reino de las tinieblas a buscar a su perdida Eurídice, y le condujo otra vez fuera cuando la perdió por segunda vez. Por eso, el Hermes de la carta del Juicio no es solamente Hermes el Guía, sino Hermes el Convocante, el que conduce a las almas de los muertos a rendir cuentas y las prepara para una nueva vida.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, Hermes el Psicopompeo es una imagen del proceso que se produce en determinados momentos críticos de la vida: es una recapitulación, cuando las experiencias del pasado se recogen y se ven como parte de un plan inteligente, y las consecuencias de estas experiencias deben ser entendidas y aceptadas. Este proceso de recapitulación no es una función intelectual, sino más bien una especie de guiso que se produce en el mundo subterráneo del subconsciente. Es una llamada a los muertos para que se levanten, para que las muchas y variadas acciones y decisiones que realizamos se junten entre sí y produzcan un fruto. El artista experimenta este proceso cuando, después de muchas horas o semanas o incluso años de intentar formular, buscar, practicar una técnica y dar forma a una idea o imagen impalpable, al final algo "ocurre" y nace una nueva creación. Este mismo proceso se puede observar en psicoterapia, donde un individuo puede luchar durante muchos meses con los recuerdos incoherentes y con las sensaciones del pasado y del presente, detenido y bloqueado, y de repente se produce una especie de cohesión y al final el proyecto de la vida de uno cobra sentido. Este proceso puede producirse en cualquier campo de la vida en el que excavamos, ciegos como topos, y al final nuestro esfuerzo se ve recompensado y se produce una síntesis y un nuevo desarrollo. Este es Hermes, en su mayor parte mágico, que se revela al final como el verdadero señor de todo el camino del Loco, enlazando, a través de algún misterioso proceso de la intuición, las experiencias y el discernimiento alcanzados en cada una de las etapas del camino, y combinándolos mágicamente para formar los comienzos de una nueva personalidad más amplia.

Por eso, la figura de Hermes conduciendo a las almas de los muertos a juicio encarna un proceso de nacimiento. Es el nacimiento de una personalidad más completa, que se levanta de un modo irracional de las experiencias combinadas del pasado, mezcladas por el discernimiento y la sensación de que los acontecimientos aparentemente fortuitos y las opciones en realidad están secretamente relacionados. El juicio de los muertos decide cuál es el futuro que hemos merecido por los esfuerzos del pasado, y sobre los esfuerzos de las cartas pasadas se construye el futuro del Loco. La carta del Juicio simboliza las recompensas por los esfuerzos hechos, aunque el juicio está en nosotros, no está en el mundo externo. También pagamos por nuestros pecados de irresponsabilidad, y recogemos la cosecha de habernos negado a responsabilizarnos de nuestras propias decisiones en cada etapa del camino. El juicio es una imagen no solamente de un nuevo comienzo, sino de un comienzo que sale del pasado. En la filosofía oriental, esto se llama Karma. Cada persona siembra las semillas de su propio camino, y al final ha de recoger la cosecha que ha dado su propia siembra. A pesar de que Hermes es retratado muchas veces como un tramposo y un embustero, aquí como Psicopompeo, no permite que las almas mientan. Hay que dar cuenta de cada cosa, y el Loco encuentra al final las consecuencias de todas sus elecciones en la vida.




20 – El Juicio (Tarot Rider Waite)

Un ángel, rodeado de nubes, toca su trompeta adornada por una bandera y con una cruz dibujada.

Los difuntos salen de sus tumbas; aparece una mujer a la derecha y un hombre a la izquierda y, entre ambos, un niño situado de espaldas.
La actitud de las tres figuras es de admiración, de éxtasis y de adoración. De hecho, esta carta representa la realización de la Gran Obra de transformación como respuesta a la llamada de lo Eterno, cuya convocación es escuchada y encuentra respuesta en el interior de aquellos que están dispuestos a recibir este don divino.

¿Qué es lo que hace sonar una trompeta en nuestro interior, por la que todo lo que hay de bajo en nuestra naturaleza emerge y acude en su respuesta, como mínimo un instante, apenas en un abrir y cerrar de ojos?

Dejad que la carta siga representando, para todos aquellos que no alcanzan a ver más allá, el día del Juicio y la resurrección en el cuerpo natural; pero dejad que aquellos que tienen una vista más aguda miren mejor y descubran algo más elevado.

Estos comprenderán el porqué ésta carta ha sido definida como una carta de vida eterna y, por este motivo, puede ser comparada con la carta de la Templanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario