4 EL EMPERADOR
Engel: Dominio
de la razón, virilidad, trabajo, poder ejecutivo, potencia, logros, gobierno
terrenal.
Hales: El padre, el papel del padre. La pareja masculina. La energía masculina
del Consultante. Acción en el Mundo. Autoridad. Pasión. Los límites (control y
expansión). Estructura. Don de mando.
Jodorowsky: ¿Es justo lo que desde niño me han enseñado o hecho
creer? ¿Aparte de triunfar materialmente, tengo un ideal espiritual? ¿Si
existiera un Dios, cómo sería? ¿Puedo enseñarle algo a los otros? ¿Puedo sanar
o consolar a alguien?
La carta del Emperador retrata a un hombre maduro, con unos hombros y un tórax anchos y musculosos. Su abundante y ondulada cabellera, al igual que su barba son de un brillante castaño rojizo. El nos mira sentado en un trono de oro, en la cima de una montaña. Su vestimenta es de púrpura bordada en dorado, y en la cabeza lleva una corona de oro. En su mano derecha tiene tres rayos luminosos; en su mano izquierda descansa la bola del mundo. Un águila está encaramada en su hombro. Detrás de él, se extiende la ladera de una montaña cuyos picos están cubiertos de nieve.
SIMBOLOGÍA
El rayo luminoso es el emblema del poder de Zeus, no solamente a causa de su imponente grandeza, sino también porque alumbra el cielo. Es un dios de inspiración y de visión creativa repentina, y su luminosidad simboliza la revelación de la verdad.
La bola del mundo, al tenerla en su mano, nos indica el gran poder del dios sobre sus propias circunstancias, sobre su persona y su propio destino.
La corona simboliza la autoridad y el gobierno de la razón sobre los instintos.
Zeus puso su morada en los picos de la montaña, porque es un dios de altura mental y espiritual, y su voluntad es más poderosa que la esclavitud del cuerpo y las limitaciones de la naturaleza.
El águila es la insignia de Zeus, a causa de su vista aguda y de su poder para volar más alto que los otros pájaros. Como pájaro de presa que es, manifiesta también la agresividad y el instinto de conquista del dios.
RELATO DEL MITO: Aquí encontramos al gran Zeus, rey de los dioses, al que los griegos llamaban Padre-de-Todo, creador del mundo y soberano tanto de los dioses como de los hombres. En la mitología, Zeus era el hijo más joven de los Titanes Cronos y Rea. Cronos recibió una profecía: que algún día uno de sus hijos le derrocaría y tomaría su puesto. Prevenido contra eso, decidió destruir a sus hijos y, durante cinco años, en cuanto Rea daba a luz, hijos e hijas, él los arrebataba de sus brazos y los devoraba antes de que abrieran los ojos.
Eso naturalmente no agradaba a Rea, quién, cuando supo que iba a nacer un sexto hijo, huyó secretamente a Arcadia y dio a luz a Zeus en una cueva. Luego envolvió en pañales una piedra grande y se la presentó a Cronos como hijo suyo. El se la arrebató inmediatamente y se la tragó pensando que se trababa de su hijo recién nacido. Con el tiempo Zeus llegó a la edad viril y preparó a traición una pócima para su odiado padre con el fin de rescatar a sus hermanos. Cronos bebió del brebaje, que lo puso gravemente enfermo, y por la boca del viejo dios salieron los cinco niños que él había devorado, totalmente ilesos. Entonces Zeus indujo a sus hermanos y hermanas a rebelarse contra Cronos y le derrocó, inaugurando un nuevo gobierno.
El nuevo rey de los dioses hizo de la montaña del Olimpo su hogar, y estableció una jerarquía de dioses que obedecieran su ley fundamental. Sus símbolos de poder eran el trueno y los rayos. Su espíritu ligero, ardiente y libertino se manifestaba no solamente en la tormenta, sino también en las muchas amantes que persiguió y en los muchos niños que engendró. Entre ellos estaban Atenea (diosa de la justicia), Dike (diosa de la ley natural), Moira (diosa del destino) y las nueve Musas (protectoras de las artes). Su esposa fue Hera, diosa del matrimonio y del alumbramiento, que gobernaba como consorte suya. Zeus administraba el bien y el mal según las leyes que el mismo establecía. Era también dios de la tierra y la amistad, y el protector de todos los hombres.
SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, Zeus, el Emperador, es una imagen de la experiencia de la paternidad. Es el padre que encarna nuestros ideales espirituales, nuestros códigos morales, la auto-suficiencia con la que nos defendemos en este mundo, la autoridad y la ambición que nos lleva a triunfar, además de la disciplina y la perspicacia necesarias para cumplir con nuestros propósitos. Este principio masculino, que está presente tanto en los hombres como en las mujeres, difiere del cuidadoso e incondicional amor por la madre que encontramos en la carta de la Emperatriz. Aquí es al espíritu, no al cuerpo, al que se le otorga el valor más alto. Y la acción, más que la intuitiva corriente con la naturaleza, es lo que se nos pide.
El padre que hay en nosotros fomenta el auto-respeto y el ser consecuentes con nosotros mismos. Es el lado nuestro que nos enseña a tomar resoluciones, tan importantes a la hora de afrontar la vida. Zeus a veces se compadece del débil y del desposeído para defenderle. Pero también puede ser cruel y vengativo si su autoridad es desafiada y sus leyes quebrantadas. Por eso Zeus, el Emperador, tiene además de una cara positiva, otra más oscura, que se manifiesta en un nivel interior como una rigidez y una rectitud implacable. Estar en comunicación con el padre interior significa poseer un sentido de poder, de capacidad para tener ideas y llevarlas a cabo en este mundo. Pero, en cambio, estar dominados por el padre interior significa ser esclavos de una serie de convicciones que aplastan todo sentimiento humano con su inflexibilidad y arrogancia. Por eso, como el propio Zeus, debemos derrocar al viejo gobierno e inaugurar otro más nuevo y más creativo, para que no nos convirtamos también en pequeños tiranos o caigamos bajo el maleficio de ser esclavos de las necesidades y los placeres del cuerpo. El Loco debe encontrar ahora los principios éticos sobre los que basar su vida, porque sin el Emperador carecemos de personalidad, no somos más que peones en la vida, conducidos, por dentro y por fuera, por un instinto ciego, que nos lleva a culpar de nuestros problemas y de nuestras dificultades a otras personas y a la sociedad, al ser incapaces de hallar la experiencia interna de fortaleza que el padre encarna.
04 -El Emperador (Tarot Rider Waite)
Es un monarca coronado, autoritario y altivo, sentado sobre un trono cuyos brazos se hallan adornados por dos cabezas de carnero. En su cetro está representado el símbolo de la cruz ansada, mientras que en su mano izquierda aparece una esfera.
Es la ejecución y la realización del poder de este mundo, personificado aquí en sus más elevados atributos naturales.
En algunas ocasiones se le ha representado sentado sobre una piedra cúbica, que complica algunas conclusiones. Representa el poder, la fuerza viril, estableciendo la contrapartida a la figura de la Emperatriz y, en este sentido, él es quien intenta quitar el velo de Isis pero, sin embargo, ésta sigue siendo la virgo intacta.
Resulta necesario comprender que esta carta y la de la Emperatriz no representan necesariamente la condición de la vida conyugal, aunque este estado sea un dato implícito. Aparentemente, tal y como ya hemos indicado anteriormente, representan la realeza mundana, elevada al asiento del máximo poder.
Pero además, también sugiere otras ideas. Ambas cartas, especialmente la figura masculina, representan el más elevado poder soberano, aquel que ocupa el trono del pensamiento. Por ello, el emperador es el regente del mundo intelectual, más que el de los seres vivientes.
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