00 El Loco


0. EL LOCO

Engel: Inocencia, riesgo, locura, gestación, vacío potencial, lo inesperado, impulsos, lo absoluto, la nada, regreso al origen.

Hales: Libertad, silencio, inocencia, soledad.  La preparación de un nuevo camino, partir de "cero", excesos, aventuras, viajes.  Preparación para el comienzo. Espontaneidad, aislamiento, ser distinto.


Optimista, espontáneo, los instintos, animal, corporal,  inocencia, conexión con los sentidos, dejar la cabeza y los deberes, descargar, aventura, salto al vacío, comienzos, desafíos, aventuras, viajeros, cambiantes, valiente.  Impulso vital, niño interior.
Negativo; Irresponsable, desadaptado, flojo, alejado de la realidad, droga-alcohol, no construye, perdido; Peligro, riesgos


Apuntes Clase Sept. 2015:
La caverna (t. mítico: Desde donde sale el loco, representa el útero, símbolo femenino, simbólicamente podría ser un nacimiento. Carta diurna, de energía alta.
Niño, vital, inocente, el mundo se revela fresco, un nuevo comienzo.
Casi no tiene ropa, parece un disfraz. La Ropa es la máscara (o persona), que son actitudes adaptativas del carácter(*). Persona: Sonar a través. Detrás de la máscara está el Ser- Máscara lo contrario de Ser. El Loco es Ser: potencial. Los locos dicen la verdad
Morral: Espíritu nómade, hippie, tener pocas cosas, pocas necesidades materiales, andar liviano, necesidades espirituales, de libertad.
Bastón: Protector, ayuda. Le sirve para pisar firme, también es símbolo del poder de la naturaleza.
Perro: advierte o acompaña, te conecta con los instintos. (en el tarot mítico se ve a través de la ropa).

(*) Carácter:
-          Naturaleza de cada cosa que la distingue de las demás
-          Conjunto de rasgos, cualidades o circunstancias que indican la naturaleza de cada cosa
-          Manera de actuar de la persona o grupo de personas

Self: Arquetipo de la totalidad (la rueda, el mundo); tienen las contradicciones resultas, los opuestos se complementan. Las tensiones se resuelven.

0.  EL LOCO: EL DIOS DIONISOS EN EL TAROT MÍTICO

La carta del Loco, retrata a un joven montaraz, vestido con pieles de animal deshilachadas, bailando al borde de un precipicio en una actitud de abandono estático; lleva en su pelo castaño una guirnalda de hojas de parra y tiene unos pequeños cuernos, como los de una cabra, en la frente. Sus ojos se elevan hacia la aurora que apunta en el horizonte, justo donde el sol se puede ver. A su alrededor se encuentra un paisaje árido, de rocas marrones y grises. A su izquierda, oculta en las sombras de la noche que se aleja, está la boca de la cueva de la que él ha salido. Encima de ella, sobre una rama pelada, está encaramada un águila.

SIMBOLOGÍA:
El águila es el pájaro de Zeus, rey de los dioses, que vela sobre el Loco, que se prepara a arrojarse a lo desconocido.
La cueva de la que sale el Loco es el pasado, la masa oscura e indiferenciada de la que va a tomar forma el comienzo de un verdadero sentido de individualidad.
Los cuernos de cabra sobre la frente del loco sugieren, al igual que las pieles de animal que lleva, que él es como un animal joven, que ha sido conducido a la vida por instinto, sin tener aún conciencia ni poseer entendimiento.

RELATO DEL MITO:  Aquí nos encontramos con el héroe de nuestro camino a la manera del misterioso dios Dionisos, el que "Nació Dos Veces". Era hijo del gran Zeus, rey de los dioses, y de Semele, una mujer mortal, princesa de Tebas. La esposa de Zeus, Hera, furiosa por la infidelidad del marido, se disfrazó de niñera y susurró a Semele que tenía que probar su devoción de amante pidiendo a Zeus que se le manifestara en toda su gloria. El dios, que había prometido a Semele cualquier cosa que deseara su corazón, se vio obligado por su promesa cuando ella insistió en que le revelara su divinidad. Con disgusto, se manifestó como trueno y relámpago y Semele ardió en llamas. Pero Zeus logró rescatar al niño que iba a nacer. Hermes, el mensajero de los dioses y protector de la magia, cosió el feto en el muslo de Zeus; así nació Dionisio.

Hera seguía persiguiendo al extraño niño con cuernos, y mandó a los Titanes, los dioses de la Tierra, a que lo hicieran pedazos. Pero Zeus rescató el corazón del niño, que aún latía. A este corazón lo transformó en una pócima de semillas de granada, y esta bebida mágica fue ofrecida a la virgen Perséfone por Hades, el dios oscuro del mundo subterráneo, cuando la raptó. Perséfone quedó embarazada, y así Dionisio volvió a nacer en el mundo subterráneo. Por eso se llamó Dionisio Yaco, el Nacido Dos Veces, dios de la luz y el éxtasis. Su padre Zeus le ordenó vivir entre los hombres y compartir sus sufrimientos, Hera le hirió con la locura, y él vagó por todo el mundo, seguido por sátiros silvestres, muchachas y animales. Obsequiaba con vino al género humano, y llevaba el éxtasis de la ebriedad y la redención espiritual a los que estaban dispuestos a renunciar a su apego al poder mundano y a la riqueza. De vez en cuando, su padre celestial, Zeus, lo elevaba al Olimpo, donde tomaba su asiento a la derecha del rey de los dioses.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA
A nivel interior Dionisos, el loco, es una imagen del misterioso impulso que tenemos dentro de arrojarnos a lo desconocido. Nuestra parte conservadora, prudente y realista contempla con horror este espíritu salvaje y juvenil, que, confiado en la providencia, se dispone a caminar sobre el borde del precipicio sin un momento de vacilación. La locura de Dionisos parece locura sólo a esa parte de nosotros que está constreñida al mundo de la forma, los hechos y el orden lógico. Pero en un sentido más profundo no es locura, ya que es el impulso hacia el cambio que cae sobre nosotros "del cielo", que no tiene una base racional ni un programa de acción prefijado.


El dios está retratado con pieles de animal, porque, de alguna manera, esta dimensión intuitiva e irracional de la personalidad humana es una especie de sexto sentido, un instinto animal que no está acostumbrado ni armonizado con la realidad concreta.


Dionisos representa el impulso irracional hacia el cambio y hacia los horizontes de la vida, abiertos a lo desconocido. El Loco está en el comienzo de su camino, y cuando nosotros somos heridos por el misterioso impulso que él representa, estamos también en el umbral de un camino. Estos impulsos irracionales en ocasiones pueden ser destructivos, en otros creativos; y muchas veces son ambas cosas juntas. El dios silvestre puede a veces saltar al borde del precipicio en situaciones penosas y perjudiciales que pueden también dar lugar a unos comienzos maravillosamente creativos. Si nunca contestamos a las llamadas de este instinto interior, nos hundimos en vidas monótonas, banales y sin sentido, y al final de nuestra vida nos sorprenderemos de lo que nos hemos perdido y de que el mundo nos parezca tan vacío. Por eso el Loco es una figura absolutamente ambivalente, porque al comienzo de un camino así no hay ninguna garantía de que no corramos ningún peligro. Pero no comenzarlo significa negar al dios, que en un nivel interno quiere decir negar todo cuanto hay en nosotros de juvenil, de creativo, y que está en contacto con lo que está por encima de nosotros mismos.


00 - El Loco  (Tarot Rider Waite)

Con paso ligero, como si la tierra y sus impedimentos no tuviesen el poder de limitarlo, un joven vestido de forma extravagante se detiene ante el borde de un precipicio entre las grandes cumbres del mundo; observa la azul lejanía que se extiende frente a él más que fijarse en el paisaje de abajo. El precipicio que tiene delante, no le provoca ningún temor.
Su semblante refleja una gran inteligencia y una ilusionada espera. Lleva una rosa en una mano y en la otra un bastón, del que cuelga una bolsa por detrás de su hombro derecho. Es un Príncipe de otros mundos que viaja por este mundo en pleno día, bajo el aire puro. El sol que resplandece detrás suyo, sabe de dónde procede, hacia dónde va y cómo regresará por otro camino después de algunos días.

Muchos de los símbolos de los Misterios se hallan reunidos en esta carta. Las interpretaciones convencionales le dan al Loco el significado de «carnal» por estar opuesto al espíritu, de vida de los sentidos y, por una extraña ironía, su nombre secundario era el «alquimista», es decir, el retrato de la locura en su máximo grado de insensatez.

Waite afirma que el loco es el más elocuente de todos los símbolos del Tarot. Este representa el viaje hacia el exterior, la condición de la primera emanación, la gracia y la pasividad del espíritu. Su bolsa está escrita con signos indescifrables para demostrar que muchos recuerdos subconscientes son conservados y sepultados en el alma. Básicamente, este personaje representa al peregrino en el camino de la búsqueda interior o a un «Maestro Oculto» que aparece para iluminar el camino interior.

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