17 La Estrella





17 LA ESTRELLA
Engel:  Felicidad, promesas que se cumplirán, esperanza, fe, sanación, curación, integración del cielo y la tierra.Sanar / limpiar las heridas del pasado.

Hales: Subconsciente, trascendencia, perdón gratuito y generoso, fe, confianza, creatividad. Psicólogo.  El arte. Oportunidad, verdad. Esperanza. Inspiración. Disposición generosa. Serenidad.

Jodorowsky: ¿He encontrado mi lugar ideal, el territorio sonde me realizo? ¿Hacia quien o hacia donde debo dirigir mi energía? ¿Amo a mi planeta y lucho por salvarlo de la industria nociva? ¿Soy capaz de aceptar el éxito? ¿Nunca termino lo que comienzo o si lo termino hago todo para destruirlo?

17. LA ESTRELLA:  EN EL TAROT MÍTICO

La carta de la Estrella retrata a una hermosa joven con una cabellera larga y bonita, arrodillada ante un cofre abierto. Del cofre sale un enjambre nocivo de criaturas voladoras que llenan el aire de tiniebla. Pero los ojos de la mujer joven están fijos en una estrella luminosa que se cierne sobre ella, y en la que se puede ver una figura femenina luciendo un traje dorado.

SIMBOLOGÍA
Pandora es, como Eva, una mujer. Es el lado femenino de la naturaleza humana -sentimiento, instinto, imaginación, intuición- que tiene que sondear la verdad a pesar de las consecuencias.
Los insectos, a diferencia de las criaturas de sangre caliente, están lejos de la conciencia humana y de la comunión. No podemos comunicarnos con ellos, sino que son aguijoneados y picados por su misma naturaleza. El cofre que Zeus envía a la humanidad con Pandora es como la manzana del jardín del Edén: algo que está prohibido, pero a lo que es imposible resistir. Contiene el conocimiento de la realidad de la vida humana, es decir, la muerte de la ingenuidad y de la fantasía infantil; aunque también contiene el atributo más precioso del espíritu humano.

RELATO DEL MITO: Aquí encontramos a Pandora, que según la mitología abrió el cofre que Zeus había dado maliciosamente a la humanidad, y soltó a todas las plagas. Después que el Titán Prometeo robara el fuego sagrado de los dioses para dárselo a los hombres, el rey de los dioses decidió infligir a la raza humana severos castigos, que culminaron en el gran diluvio descrito en la carta del Ahorcado. Antes de este diluvio, sin embargo, su ira era más sutil, aunque no se había saciado todavía. Zeus ordenó a Hefesto, el dios del fuego, que hiciera un cuerpo con barro y agua, le diera fuerza vital y voz humana, e hiciera a una virgen cuya belleza deslumbradora fuera igual a la de las diosas inmortales. Todas las divinidades colmaron esta nueva criatura con regalos especiales, y le dieron el nombre de Pandora. Hermes, sin embargo, puso perfidia en el corazón de Pandora y mentiras en su boca. Zeus envió esta mujer a Epimeteo, hermano de Prometeo, junto con un gran cofre, Pero Epimeteo, habiendo sido advertido por su hermano de que no aceptara regalos de Zeus, se disculpó respetuosamente. Pero luego, al ver la terrible venganza que el rey de los dioses infligió a Prometeo, Epitemeo (cuyo nombre significa "que ve por detrás") se apresuró a casarse con Pandora.

Prometeo, antes de ser agarrado y aprisionado en su solitario pico de la montaña, logró advertir a su hermano de que no tocara el cofre, y Epimeteo comunicó esta advertencia a Pandora con espantosas amenazas. Pero Hefesto había hecho a Pandora tan loca, traviesa y holgazana como hermosa. Al poco rato abrió la tapadera del cofre, y las terribles plagas que Zeus había juntado -la Vejez, el Trabajo, la Enfermedad, la Demencia, el Vicio y la Pasión- escaparon y se esparcieron sobre la tierra, infectando a toda la humanidad. Sólo la esperanza, que de algún modo consiguió encerrarse en el cofre junto con las Plagas, no se fue volando.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, la imagen de Pandora y la Estrella de la Esperanza es un símbolo de esa parte de nosotros que, a pesar de un contratiempo, una depresión o una pérdida, puede aferrarse todavía a un sentido y a un futuro que podría sobreponerse a las desgracias del pasado. La Estrella no representa un convencimiento totalmente formado de futuros planes, o una solución a los problemas de uno, o una guía para la acción. Como las cartas del Ermitaño y del Colgado, la carta de la Estrella es una carta de espera, porque el sentido de la esperanza es una luz frágil que alumbra y guía, pero no disipa la tiniebla enteramente. La esperanza aparece, pues, como una figura femenina, porque es el lado irracional de nosotros -la intuición-, el que percibe la Estrella en medio del enjambre nocivo de Plagas. La esperanza no hace que las Plagas se marchen, ni deshace la venganza que Zeus ha desatado. Pero, sea como sea, de alguna manera misteriosa, proporciona la fe y por eso en la imagen los ojos de Pandora están fijos no en las desgracias de la condición humana, sino en esa vaga, irracional, inexplicable sensación de que pronto llegará la aurora.

Esta clase de esperanza no tiene nada que ver con las expectativas planeadas. Está relacionada con algo profundo que hay dentro de nosotros, que a veces llamamos la voluntad de vivir, y que a pesar de ser una experiencia subjetiva, sin ninguna razón visible y concreta, muchas veces puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Los médicos saben que esto pasa con sus pacientes -que el individuo que tiene esperanza y voluntad de vivir puede encontrar a menudo el recurso interno para luchar contra una enfermedad que de otra manera le mataría-. Asimismo, individuos que han sufrido circunstancias trágicas o se han tenido que enfrentar a desafíos superiores a lo que soporta normalmente la capacidad humana -como aquellas personas que han estado en campos de concentración de Alemania y Polonia durante la Segunda Guerra Mundial, o que vieron a sus familias destrozadas en las invasiones rusas de Checoslovaquia en 1948 y Hungría en 1956- han dicho muchas veces que tenían fe y ese sentido de la diferencia entre la supervivencia y el derrumbamiento completo y la muerte. La esperanza es una cosa profunda y misteriosa, porque parece como si pudiera trascender todo aquello que la vida nos presenta en el camino de la catástrofe. Sin embargo, no surge por una acto de voluntad, aunque la Estrella de la Esperanza aparezca en el mito de Pandora tras una acción deliberada por su parte. Simplemente está allí, misteriosamente encerrada en el cofre junto con todas las calamidades, y si el individuo sabe percibir su delicado resplandor, entonces su respuesta ante las dificultades quedará radicalmente transformada. Por eso la Estrella, la visión de la esperanza y de la promesa que nos guía, no surge de la intención, sino de las cenizas de la Torre que ha sido destruida. El Loco espera entre los escombros, sin ninguna idea clara de cómo o qué reedificar. En medio de esta confusión y derrumbamiento de las actitudes y estructuras viejas surge la tenue, impalpable pero poderosa Estrella de la Esperanza.



17 – La Estrella (Tarot Rider Waite)

Una gran estrella luminosa con ocho puntas, rodeada por otras siete estrellas más pequeñas, también con ocho puntas. La figura femenina situada en primer plano está totalmente desnuda. Su rodilla izquierda está apoyada en la tierra y su pie derecho sobre el agua. Vierte el Agua de la Vida de dos grandes cántaros, regando tanto la tierra como el mar.

Detrás de ella podemos ver grandes extensiones de terreno y, a su derecha, hay un árbol sobre el cual está posado un pájaro. La figura expresa la belleza y la eterna juventud. La estrella es l’ étoile flamboyante que aparece en el simbolismo masónico, pero que ha sido confundido a este respecto. Aquello que transmite la figura en esta escena es la sustancia de los cielos y de los elementos.

Esta es una carta de esperanza. En otros aspectos se ha establecido que representa la inmortalidad y la luz interior.

Para la mayor parte de las mentes cultivadas, esta figura aparece como el modelo de la Verdad revelada, gloriosa en su belleza inmortal, mientras que vierte en las aguas del alma una parte de sus incalculables riquezas. Pero, de acuerdo con Waite, ésta es la Gran Madre en la cabalística Sefira Binah; la comprensión superior, que está en contacto y se comunica con los sefirot inferiores, en la medida en que éstos pueden llegar a recibir su influjo.


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