09 El Ermitaño





9 EL ERMITAÑO
Engel:  Prudencia, sobriedad, sabiduría, guía, ayuda, desapego, silencio, retiro.
Hales: Procesos profundos. Encuentro con la sabiduría. Lo que está en el interior, lo que se entrega y se exhibe. Psicólogo.  El llamado interior. Salir, iluminar. Introspección, búsqueda, orientación, soledad.

Jodorowsky: ¿En qué o quién creo? ¿Qué es lo que más sé? ¿De qué o quien me estoy alejando? ¿Qué es lo que deseo enseñar? ¿¿Estoy en crisis con quién o con qué? ¿Qué debo sacrificar o abandonar? ¿Hacia dónde voy, diciéndome que no sé hacia donde voy? ¿Por qué he provocado mi soledad?

9. EL ERMITAÑO: EL REY CRONOS EN EL TAROT MÍTICO

La carta del Ermitaño retrata a un viejo con una barba gris, vestido con una túnica también gris, con su cara medio tapada por una capucha. En su mano derecha sujeta una lámpara que se enciende con una brillante luz dorada. En su mano izquierda empuña una guadaña. Un cuervo está encaramado sobre su hombro. Detrás de él, un frío paisaje brumoso de montañas grises se vierte en un agobiante cielo gris.

SIMBOLOGÍA
El cuervo es el pájaro de Cronos porque se pensaba que era la encarnación del espíritu del viejo rey que fue muerto para dejar paso al nuevo ciclo.
La hoja creciente de la guadaña es también la luna creciente, otorgada a Cronos por su madre Gea, y que simboliza las fluctuaciones eternas y los ciclos del tiempo.
La lámpara que sujeta Cronos es la lámpara del discernimiento y del entendimiento rebuscada por la soledad y la paciencia que implica la carta del Ermitaño.

RELATO DEL MITO: Aquí encontramos al anciano dios Cronos, cuyo nombre significa Tiempo. Según la mitología, Urano (el cielo) y Gea (la Tierra) se casaron y formaron la primera raza, la de los Titanes o dioses de la Tierra, de la que Cronos fue el más joven. Pero Urano contemplaba a sus hijos con horror, porque eran muy feos e imperfectos y hechos de carne. Por eso encerró a los Titanes en las profundidades del mundo subterráneo para que no pudieran ofender a sus ojos. Pero Gea se enfadó y meditó una terrible venganza contra su esposo. Sacó de su seno un pedernal, fabricó una guadaña afilada y se la dio al astuto Cronos, su último retoño. Cuando por la tarde bajó Urano, fue, como de costumbre, a reunirse con su esposa. Mientras dormía tranquilo, Cronos, que con la ayuda de su madre estaba agazapado, se armó con una guadaña, castró a su padre y echó sus genitales sangrantes al mar.

Luego Cronos liberó a sus hermanos y se convirtió en el soberano de la Tierra. Bajo su largo y paciente reinado, la labor de la Creación llegó a su término. Este tiempo en la Tierra llegó a conocerse como la Edad de Oro, a causa de la abundancia que Cronos presidió. Como dios del Tiempo, presidía el paso ordenado de las estaciones, el nacimiento y crecimiento seguido de la muerte, y la gestación y el renacimiento. Fue adorado tanto como un inflexible segador que fijaba los límites que el hombre y la naturaleza no podían sobrepasar, que como dios de la fertilidad.

Pero Cronos no podía aceptar él mismo las leyes cíclicas que había inaugurado, porque, cuando le profetizaron que algún día su propio hijo le destronaría como hizo él con su padre Urano, devoró a sus hijos tan pronto como nacían, para poder preservar su gobierno sin cambios. De este modo sigue la historia de Zeus, el más joven de los hijos de Cronos, al que encontramos en la carta del Emperador y que, según la mitología, destronó a Cronos e introdujo a los dioses en el reino del Olimpo. Cronos fue desterrado, algunos dicen que a las Islas Benditas, donde duerme, aguardando el comienzo de una nueva Edad de Oro.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interno, Cronos, el Ermitaño, es una imagen de la última de las cuatro Lecciones Morales que el Loco debe aprender: la lección del tiempo y de las limitaciones de la vida mortal. Nada puede vivir más allá de su espacio, y nada permanece inmutable, y ésta es una faceta sencilla y evidente de la vida, que, a pesar de su sencillez y su evidencia, nos es difícil aprender y muchas veces sólo con la edad y la dureza de las experiencias conseguimos comprenderla. Cronos es un dios que lo mismo encarna el sentido del tiempo como se rebela contra él. Así él es humillado y destronado, y aprende la sabiduría en la soledad y en el silencio. En muchos aspectos es una imagen del mismo cuerpo, que inexorablemente se hace viejo, aunque se rebela contra su destino mortal. El problema de la soledad y el descubrimiento de que uno es fundamentalmente solo y mortal son los dilemas que todos los seres humanos deben afrontar. Aceptar esta condición es también, en un sentido misterioso, una verdadera separación interior de los padres y de la niñez, porque significa renunciar a la fantasía de que algún día, en alguna parte, alguien llegue y por arte de magia lo haga todo mejor. "Y entonces vivieron felices para siempre" es un sentimiento que no puede sobrevivir en el mundo de Cronos. La juventud da paso a la madurez, y no se puede nunca recobrar en ningún aspecto concreto; pero el recuerdo y la sabiduría han destilado del paso del tiempo, como también el regalo de la paciencia.

La lección del Ermitaño es de las que no se pueden aprender por la lucha y la conquista. Por eso Cronos está en contraposición con Hércules, porque la lucha no debe parar con el tiempo. Sólo la aceptación del tiempo otorga los premios de la Edad de Oro de Cronos. A través de la limitación impuesta y a través de las circunstancias que sólo el tiempo, no la lucha, puede aliviar, el Loco desarrolla la postura reflexiva, introvertida y solitaria, de el Ermitaño. Por eso Cronos es, en ciertos aspectos, una imagen de la humildad, que muchas veces empieza con la humillación ante aquello que no podemos cambiar, pero que puede dar como resultado una cualidad de tranquilidad y serenidad sin la cual no podríamos soportar los obstáculos y contratiempos que la vida acarrea. Por muy listo que sea el intelecto, por muy caliente que sea el corazón, por muy fuerte que sea el sentimiento de identidad, las vicisitudes de la vida nos harían pedazos si fuéramos incapaces de encontrar en alguna parte de nuestro interior la paciencia y la prudencia del Ermitaño, que nos enseña cómo aguantar y esperar en silencio. El lado negativo de Cronos es la calcificación, una obstinada resistencia al cambio y al paso del tiempo. En cambio, el lado creativo de este dios anciano y ambivalente es la agudeza para cambiar lo que podemos cambiar, aceptar lo que no podemos cambiar y aguardar en silencio hasta que podamos distinguir la diferencia.



09 -El Ermitaño (Tarot Rider Waite)

La diversidad con respecto a los modelos convencionales de esta carta radica simplemente en el candil dentro del cual brilla una estrella.
Los magos del siglo XIX han interpretado esta figura como un sabio en busca de la justicia y de la verdad; otros la ven como una alegoría de las experiencias adquiridas durante el transcurso de la vida.
La luz encendida significa la luz de la inteligencia que debe extenderse sobre el pasado, el presente y el futuro.

La capa representa la discreción. El bastón representa el apoyo que la virtud de la prudencia otorga a aquel que no desvela sus propios pensamientos. En resumen, el silencio y el aislamiento del Ermitaño representarían una protección del magnetismo y del carisma personal.
Sin embargo, según Waite, la figura del Ermitaño no representa a aquel que oculta los Misterios tras haberlos poseído sino que, en cierto sentido, representa los Misterios en sí mismos o, mejor dicho, al anciano que ofrece su luz al Mundo y se protege de aquellos que todavía no están preparados para recibirla.

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