Arcanos menores - Introducción: 4 elementos / 4 palos

Los 4 palos del tarot, copas, bastos, espadas y oros, son descripciones de las 4 dimensiones, esferas o facetas de todas las experiencias de la vida.  Su origen son los 4 elementos antiguos de la filosofía griega, de lo que antes se creía que estaban hechas todas las cosas visibles.  Los 4 palos describen con mas detalle y a un nivel mucho mas personal el camino arquetípico de los 22 arcanos mayores.  Cada palo se enfoca en una faceta particular del ciclo completo y lo analiza a través de sus faces de desarrollo en forma detallada.


Cada palo se divide en dos grupos:
  • Cartas numeradas, del 1 al 10 por cada palo: en éstas se muestra las experiencias corrientes de la vida, acontecimientos, pactos con los demás, estados pasajeros de la mente o del sentimiento. Cada una revela además una experiencia típica o arquetípica a través de paisajes.
  • Cartas de las figuras, 4 por cada palo (sota, caballo, reina y rey): Encarnan tipos de caracteres o dimensiones de una determinada esfera de la vida retratadas como figuras humanas. Aunque aparezcan como jerarquía, en realidad tienen el mismo valor, pero sus distintos grados de poder mundano indican los distintos grados de consolidación en el mundo psicológico.

Los 4 Palos:

El Palo de OROS corresponde al antiguo elemento de la TIERRA, el barro de que hemos sido formados y al que tendremos que volver, siendo nuestro comienzo y nuestro final; la experiencia de cuerpo es la realidad original que existe antes de que cualquier sentimiento, imagen o espíritu pueda habitar en ella. El símbolo del oro esta directamente relacionado al dinero, uno de los símbolos mas profundos íntimamente relacionado con nuestro sentido de autovaloración y con el precio que fijamos a lo que adquirimos en la vida. Las cartas del palo describen el desarrollo de la "función de la realidad" y la adaptación gradual en la vida a las necesidades, desafíos, contrariedades y recompensas del mundo
Función Sensación = Presente (opuesto: Bastos): la acción de obtener información a través de los significados de los sentidos. Una persona sensible es aquella que dirige su atención a observar y escuchar, y por tanto, a conocer el mundo. Jung consideraba a esta función como una de las irracionales, o lo que es lo mismo, que comprende más a las percepciones que al juicio de la información.
Tierra activa: encarnar seguridad para los demás.
Tierra pasiva: representa necesidad de seguridad.
MITO: Vemos la historia de Dédalo, el hábil artesano ateniense constructor del laberinto de Minos, que alojara al Minotauro. Dédalo nos presenta la capacidad creativa del hombre, con sus éxitos y fracasos, en su lucha para vencer los desafíos que le imponen su vida, su carrera, sus metas personales.

El Palo de COPAS corresponde al antiguo elemento AGUA, desde donde surge a vida. El agua es fluida, informe, cambiante e impalpable, aunque es tan real y poderosa en su propia forma como una roca.  Los ritmos y las profundidades del mar son a la vez hermosas y peligrosas. Aì es también el mundo del sentimiento, porque estos toman su color de la forma de la situación que los rodea, sin embargo tienen su propio ritmo, realidad y forma de poder. Las cartas del palo de Copas describen el desarrollo de los sentimientos a través de la vida.  El símbolo de la copa ha sido siempre asociado al corazón, con el mundo fluido del sentimiento. Ya sea amor espiritual o pasional, la copa es el vaso a través de la cual nos comunicamos.
Función Sentimiento = Pasado (opuesto: Espadas) dirigida a la consideración de la respuesta emocional en general. Jung le llamó racional; evidentemente no de la manera en que estamos acostumbrados a usar el término.
      Agua activa: expresar sentimientos.
      Agua pasiva: estar abierto e intuitivamente a responder a nivel emocional.
MITO:  Narra la relación entre el dios Eros y la princesa mortal Psique, su encuentro y la evolución de la relación, así como las pruebas y vicisitudes que debieron superar hasta alcanzar la felicidad.

El Palo de ESPADAS corresponde al antiguo elemento AIRE, el que al ser invisible se creía que era el soplo del espíritu que concebía la idea de la creación antes de que esta se manifestara.  Simboliza el reino de la Mente, las facultades de la conceptualización y el pensamiento abstracto que ha de preceder a todo acto de creación y le da estructura y sentido a la vida. La espada con su doble filo cortante simboliza el poder ambivalente de la mente, que penetra con su agudeza un objeto o situación incomprensible, pero también herir, cortar y dividir. Las cartas del palo describen el desarrollo de la facultad racional en sus formas oscura y luminosa.
Función Pensamiento = Pasado, presente y futuro (opuesto: Oros): Pensar supone evaluar la información o las ideas de forma racional y lógica. Jung llamó a esta función como racional, o la toma de decisiones en base a juicios, en vez de una simple consideración de la información.
      Aire activo: proceder con una mente analítica.
      Aire pasivo: estar abierto a conceptos inteligentes.
MITO:  Relata la historia de Orestes y la maldición de la casa de Atreo, donde se producen luchas y conflictos cuyo origen está en las creencias, las leyes y los derechos adquiridos.


El Palo de BASTOS corresponde al antiguo elemento FUEGO, el que se decía salía espontáneamente de la nada y podía transforma cualquier cosa que tocara sin ser transformado él mismo. El fuego es volátil  cambia de forma, no es sólido ni liquido, es un catalizador que reduce los objetos a sus componentes mas básicos y transforma su naturaleza.  Así es también el mundo de la imaginación creadora, que puede sacar imágenes de la nada, y que transforma los objetos en el concreto mundo "real", llenándolos de sentido. El símbolo del basto está relacionado con la vara del mago, que por medio de la imaginación, puede dar vida a cosas y percibir conexiones que la mente normalmente no puede ver. Las cartas del palo describen el desarrollo de la imaginación creadora y los desafíos que encuentra en el mundo externo, los usos que se puede hacer con ella y los peligros de la imaginación excesiva sin sentido común,  los caracteres típicos que encarnan el campo de la imaginación. 
Función Intuición = Futuro (opuesto: Copas): Este es un modelo de percepción que funciona fuera de los procesos conscientes típicos. Es irracional o perceptiva como la sensación, pero surge de una bastante más compleja integración de grandes cantidades de información, más que una simple visión o escucha. Jung decía que era como "ver alrededor de las esquinas".
      Fuego activo: demostración de fuerza de voluntad e impulsos afirmativos.
      Fuego pasivo: predisposición a ser entusiasmado y dirigido.
      MITO:  Encontramos a Jason y los argonautas en su travesía para recuperar el Vellocino de Oro de las garras de un temible dragón.

Jung - Funciones - 4 elementos - Arcanos Menores

Las funciones:



1. Tierra = Oros = Función Sensación = Presente (opuesto: Bastos)

Tierra activa: encarnar seguridad para los demás.
Tierra pasiva: representa necesidad de seguridad.

2. Agua = Copas = Función Sentimiento = Pasado (opuesto: Espadas)
      Agua activa: expresar sentimientos.
      Agua pasiva: estar abierto e intuitivamente a responder a nivel emocional.

3. Aire = Espadas = Función Pensamiento = Pasado, presente y futuro 
(opuesto: Oros)
      Aire activo: proceder con una mente analítica.
      Aire pasivo: estar abierto a conceptos inteligentes.

4. Fuego = Bastos = función Intuición = Futuro (opuesto: Copas)
      Fuego activo: demostración de fuerza de voluntad e impulsos afirmativos.
      Fuego pasivo: predisposición a ser entusiasmado y dirigido.


Aun cuando seamos introvertidos o extrovertidos, está claro que necesitamos lidiar con el mundo, tanto interno como externo. Y cada uno de nosotros posee su propia manera de hacerlo, de manera más o menos cómoda y útil. Jung sugiere que existen cuatro maneras o funciones de hacerlo:


Las sensaciones, percibir (TIERRA: Oros o pentáculos) que como indica la propia palabra supone la acción de obtener información a través de los significados de los sentidos. Una persona sensible es aquella que dirige su atención a observar y escuchar, y por tanto, a conocer el mundo. Jung consideraba a esta función como una de las irracionales, o lo que es lo mismo, que comprende más a las percepciones que al juicio de la información.

El sentimiento (AGUA: Copas). Es el acto de sentir, como el de pensar. Es una cuestión de evaluación de la información. En este caso está dirigida a la consideración de la respuesta emocional en general. Jung le llamó racional; evidentemente no de la manera en que estamos acostumbrados a usar el término.
El pensamiento (AIRE: Espadas) . Pensar supone evaluar la información o las ideas de forma racional y lógica. Jung llamó a esta función como racional, o la toma de decisiones en base a juicios, en vez de una simple consideración de la información.

La intuición (FUEGO: Bastos). Este es un modelo de percepción que funciona fuera de los procesos conscientes típicos. Es irracional o perceptiva como la sensación, pero surge de una bastante más compleja integración de grandes cantidades de información, más que una simple visión o escucha. Jung decía que era como "ver alrededor de las esquinas".

Todos nosotros poseemos estas funciones. Diríamos que simplemente la usamos en diferentes proporciones. Cada uno de nosotros tiene una función superior que preferimos y que está más desarrollada; otra secundaria, de la cual somos conscientes de su existencia y la usamos solo para apoyar a la primera. También tenemos una terciaria, la cual está muy poco desarrollada y no es muy consciente para nosotros y finalmente una inferior, la cual está muy pobremente desarrollada y es tan inconsciente que podríamos negar su existencia en nosotros.

La mayoría de nosotros sólo desarrolla una o dos de las funciones, pero nuestra meta debería ser desarrollar las cuatro. Una vez más, Jung considera la trascendencia de los opuestos como un ideal.

21 El Mundo





21 EL MUNDO
Engel:  Completitud, final, premio, éxito, solución a problemas, espiritualidad de la materia.

Hales: Integración, final de ciclo o proceso, triunfo. Realización. Perfección. Satisfacción.

Jodorowsky: ¿Cuál es el resultado de todo lo que he hecho y que cambios produce en mí? ¿Me siento relizad@? ¿Me siento encerrad@ en un mundo obsoleto? ¿Acepto la simple felicidad de estar viv@? ¿Me junto con personas que me alegran la vida o con personas que me conducen a la destrucción?.

21. EL MUNDO: HERMAFRODITO, EN EL TAROT MÍTICO

La carta del Mundo retrata una serpiente de oro enroscada en forma de huevo, comiendo su propio rabo. Dentro de su circunferencia baila una extraña figura medio macho y medio hembra, coronada con hojas de laurel, y llevando en cada mano un báculo de oro. Alrededor de la forma de huevo de la serpiente se pueden ver, surgiendo de las nubes, una copa, una espada, un flamante basto y un pentáculo de oro.

SIMBOLOGÍA
La Serpiente del Mundo, llamada Ouroboros en griego, se decía que era macho y hembra a la vez, que se auto preñaba, se autoalimentaba, era inmortal y completa. Por eso es la imagen mítica, a la vez, de Dios y de la naturaleza, encarnada aquí en un símbolo.
Los cuatro símbolos que presiden los reinos del agua, del fuego, del aire y de la tierra, reflejan las potencialidades que aguardan el desarrollo de la nueva personalidad.
Los báculos de oro están relacionados con la vara mágica de Hermes, ya que la personalidad que ha renacido puede crear con más fuerza en los campos del sentimiento, de la imaginación, de la mente y de la materia.

RELATO DEL MITO:
Aquí encontramos a Hermafrodito, que según la mitología era hijo de Hermes y de Afrodita. En una versión del cuento, Hermafrodito había nacido con los dos sexos. Pero, según otra versión, esa dualidad o unidad no fue por nacimiento, sino que fue creada. Hermafrodito en un principio era un niño, y para ocultar su nacimiento ilícito Afrodita lo entregó inmediatamente a las ninfas del Monte Ida, que se lo llevaron a los bosques. A la edad de quince años era un muchacho montaraz y salvaje, cuyo principal placer consistía en cazar en los bosques. Un día llegó hasta las orillas de un límpido lago en cuyas aguas frescas le dieron ganas de tomarse un baño. La ninfa Salmacis, que gobernaba el lago, le vio y se enamoró de su belleza. Ella le habló, y el tímido muchacho trató de rechazarla, pero en vano. El seguía resistiéndose, y la ninfa gritó: "¡Oh dioses!" ¡Concededme que nada pueda jamás separarle de mí, ni a mí de él! Inmediatamente sus dos cuerpos fueron unidos y llegaron a ser uno solo.
Los cuatro inventos que rodean la imagen de Hermafrodito en la carta del Mundo corresponden a las cuatro divinidades: Afrodita, la diosa del amor; Zeus, rey de los dioses; Atenea, la diosa de la sabiduría, y Poseidón, el dios de los terremotos. Hemos encontrado ya estos símbolos en la carta del Mago: la copa del amor, la vara de la imaginación creadora, la espada del intelecto y el pentáculo de la realidad física.
La serpiente que rodea a Hermafrodito es la antigua Serpiente del Mundo, que, como ya hemos visto, encarna el brutal poder instintivo de la vida misma, siempre devorándose y recreándose.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, la imagen de Hermafrodito es una imagen de la experiencia de todo ser. El masculino y el femenino son más que las identificaciones sexuales limitadas a los órganos genitales. Son grandes polaridades que comprenden a todos los opuestos de la vida. El ser bisexuado, que según una versión de la mitología nació así y en la otra fue creado, es un símbolo de la potencial integración de los contrarios en una personalidad. En un sentido Hermafrodito nació así, porque el potencial para esa integración es inherente a todos nosotros. Pero en el otro sentido, Hermafrodito es creado, ya que es la suma de todas las experiencias del camino de los Arcanos Mayores la que le llevan al final de este ser completo. Las cualidades del cuidado materno y de la ética paterna, la intuición y la expresión física, la mente y el sentimiento, la relación con los demás y la soledad, el conflicto y la armonía, el espíritu y el cuerpo; todos estos contrarios que se pelean dentro de nosotros y que crean tanta lucha en nuestras vidas, están retratados en esta carta viviendo gozosos y en armonía dentro del gran círculo de la Serpiente del Mundo que es una imagen de la vida inagotable.

La imagen del conjunto, tal y como está retratada en la carta del Mundo, es una meta ideal, más que algo que podemos poseer totalmente. Somos humanos y, por tanto, imperfectos, y el divino andrógino está más allá de nuestro alcance. Pero tenemos que vislumbrar este estado cada vez que hay una sensación de curación interna en la que dos partes de nosotros mismos que están en pugna al final llegan a juntarse, y alguna resolución interior trae la paz. Por lo general, cuando encontramos a estos contrarios en la vida, y en nosotros mismos, negamos la existencia de semejante conflicto, reprimiendo una mitad del mismo y echándola al mundo subterráneo del subconsciente. O bien, proyectamos la mitad incómoda en otra persona, o en algo del mundo externo, y gastamos nuestra energía luchando con algo que, en realidad, está dentro de nosotros. El estado de la ambivalencia es parte de la condición humana; sin embargo, ¿cuántos de nosotros tienen el valor de admitir su ambivalencia? "¡Por supuesto que quiero casarme!" decimos, o "¡por supuesto que quiero tener un hijo!" o "¡por supuesto que me gusta mi trabajo!". Pero como seres humanos somos complicados, y el camino del Loco es el fondo un camino de descubrimiento a través de nuestros contrarios, de la conciencia y del subconsciente juntos. La carta del Mundo es la última carta de los Arcanos Mayores, y el final del camino del Loco, sin embargo, es también un huevo, es decir, la semilla de un nuevo camino. Por eso, cada vez que sentimos que hemos llegado y hay un momento de realización y de curación, surge un nuevo reto, un nuevo descubrimiento desde el antiguo camino que se desenvuelve en espiral. Por eso seguimos creciendo y cambiando, tendiendo siempre hacia Hermafrodito la imagen de la totalidad, sin conseguirla nunca, excepto de un modo insignificante y a veces sutil.




21 – El Mundo (Tarot Rider Waite)

Esta carta representa la perfección y el fin del Cosmos, el secreto en su interior, el estático éxtasis del universo cuando llega a comprenderse a sí mismo en Dios.

También es la condición del alma en la conciencia de la contemplación divina, reflejada por el espíritu autoconsciente.

Pero existe más de un mensaje en el plano del Macrocosmos: uno es el de la condición del mundo reconstruido cuando la ley de la manifestación haya sido llevada al grado más elevado de la perfección natural.

Algunos esotéricos sostienen que esta figura representa al Mago en el momento en el que ha alcanzado el máximo grado de iniciación, mientras que otros afirman que representa lo Absoluto. También se ha dicho que esta figura equivale a la Verdad.

Y, finalmente, también ha sido definida como «la Corona de los Magos». Waite afirma que la carta se refiere al día que el Creador declaró que todo era bueno, cuando las estrellas de la mañana cantaban juntas y todos los hijos de Dios gritaban de alegría.




20 El Juicio





20 EL JUICIO
Engel:  Vida eterna, perdón, paz, reconciliación, resurrección, despertar, curación, milagro.

Hales: Despertar, renovación, discernimiento, lo que se deja atrás, lo que se rescata. Perdón, claridad para ver la verdad. Renacimiento.  Llamada interior.

Jodorowsky: ¿Qué está renaciendo en mí? ¿Cuáles son los deseos irresistibles que me dominan? ¿Me siento capaz de crear una familia feliz? ¿Con quien estoy colaborando para hacer algo que nos lleve a una realización superior? ¿Acepto en convertirme en humilde canal de los deseos del cosmos?


20. EL JUICIO: HERMES EL PSICOPOMPEO, EN EL TAROT MÍTICO

La carta del Juicio retrata a un joven moreno, de pelo rizado, vestido con una túnica blanca y una capa de viaje roja como la sangre. Sobre su cabeza tiene un casco alado, y sus pies calzan sandalias aladas. En su mano derecha tiene el caduceo, el báculo de la magia rodeado de dos culebras. A ambos lados de su persona, medio visibles, hay dos columnas, una negra y otra blanca. Las escaleras en las que está él, suben hasta una puerta a través de la cual se puede divisar un paisaje verde y fértil sobre sobre el que acaba de levantarse el sol. Delante de él hay muchos ataúdes tallados, y de estos sarcófagos se están levantando los muertos, incorporándose hacia él tal y como están, recién salidos de las mortajas de su entierro.
SIMBOLOGÍA
Las columnas negra y blanca reflejan una vez más la ambivalencia con sus dos potencialidades, la destructiva y la creativa.
Los muertos están momificados porque las experiencias del pasado permanecen olvidadas e inalteradas en el subconsciente, hasta que de repente su significado sale a la luz.
Ahora podemos entender a las dos culebras enroscadas alrededor del báculo de la magia de Hermes como emblemas del mundo subterráneo femenino de los instintos, que Apolo, el dios-sol, conquista, pero con el que Hermes se relaciona de una manera distinta, utilizándolo para servir a sus propósitos más elevados en el designio del camino de la vida.

RELATO DEL MITO: Aquí, como nos estamos acercando al final del ciclo de las Arcanos Mayores, encontramos a ese dios que vimos al principio, Hermes el Psicopompeo, guía de las Almas. En la carta del Mago, Hermes aparece como el guía interior del Loco al comienzo del camino de la vida -un tramposo, un protector de los viajeros perdidos y un mago que puede encauzar el camino a través de las intuiciones misteriosas que en la mitología se decía que dispensaba el dios. Ahora se revela como una poderosa divinidad del mundo subterráneo, emisario de Hades, dios del inframundo, que llama a los moribundos de forma amable y elocuente posando su báculo de oro sobre sus ojos.
Pero Hermes puede también llamar otra vez a la vida las almas de los muertos, así como puede introducirlas en el reino de Hades. Según la mitología, cuando Tántalo, el rey de lidia, hizo pedazos a su propio hijo y lo sirvió en banquete a los dioses, Hermes volvió a juntar los pedazos y devolvió la vida al joven. Como heraldo de los dioses celestes, Hermes también liberó a héroes como Teseo, que entraron en el reino de Hades de forma ilícita y luego se quedaron allí detenidos. Guió también a Orfeo, el dios de la música y las artes, hasta el reino de las tinieblas a buscar a su perdida Eurídice, y le condujo otra vez fuera cuando la perdió por segunda vez. Por eso, el Hermes de la carta del Juicio no es solamente Hermes el Guía, sino Hermes el Convocante, el que conduce a las almas de los muertos a rendir cuentas y las prepara para una nueva vida.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, Hermes el Psicopompeo es una imagen del proceso que se produce en determinados momentos críticos de la vida: es una recapitulación, cuando las experiencias del pasado se recogen y se ven como parte de un plan inteligente, y las consecuencias de estas experiencias deben ser entendidas y aceptadas. Este proceso de recapitulación no es una función intelectual, sino más bien una especie de guiso que se produce en el mundo subterráneo del subconsciente. Es una llamada a los muertos para que se levanten, para que las muchas y variadas acciones y decisiones que realizamos se junten entre sí y produzcan un fruto. El artista experimenta este proceso cuando, después de muchas horas o semanas o incluso años de intentar formular, buscar, practicar una técnica y dar forma a una idea o imagen impalpable, al final algo "ocurre" y nace una nueva creación. Este mismo proceso se puede observar en psicoterapia, donde un individuo puede luchar durante muchos meses con los recuerdos incoherentes y con las sensaciones del pasado y del presente, detenido y bloqueado, y de repente se produce una especie de cohesión y al final el proyecto de la vida de uno cobra sentido. Este proceso puede producirse en cualquier campo de la vida en el que excavamos, ciegos como topos, y al final nuestro esfuerzo se ve recompensado y se produce una síntesis y un nuevo desarrollo. Este es Hermes, en su mayor parte mágico, que se revela al final como el verdadero señor de todo el camino del Loco, enlazando, a través de algún misterioso proceso de la intuición, las experiencias y el discernimiento alcanzados en cada una de las etapas del camino, y combinándolos mágicamente para formar los comienzos de una nueva personalidad más amplia.

Por eso, la figura de Hermes conduciendo a las almas de los muertos a juicio encarna un proceso de nacimiento. Es el nacimiento de una personalidad más completa, que se levanta de un modo irracional de las experiencias combinadas del pasado, mezcladas por el discernimiento y la sensación de que los acontecimientos aparentemente fortuitos y las opciones en realidad están secretamente relacionados. El juicio de los muertos decide cuál es el futuro que hemos merecido por los esfuerzos del pasado, y sobre los esfuerzos de las cartas pasadas se construye el futuro del Loco. La carta del Juicio simboliza las recompensas por los esfuerzos hechos, aunque el juicio está en nosotros, no está en el mundo externo. También pagamos por nuestros pecados de irresponsabilidad, y recogemos la cosecha de habernos negado a responsabilizarnos de nuestras propias decisiones en cada etapa del camino. El juicio es una imagen no solamente de un nuevo comienzo, sino de un comienzo que sale del pasado. En la filosofía oriental, esto se llama Karma. Cada persona siembra las semillas de su propio camino, y al final ha de recoger la cosecha que ha dado su propia siembra. A pesar de que Hermes es retratado muchas veces como un tramposo y un embustero, aquí como Psicopompeo, no permite que las almas mientan. Hay que dar cuenta de cada cosa, y el Loco encuentra al final las consecuencias de todas sus elecciones en la vida.




20 – El Juicio (Tarot Rider Waite)

Un ángel, rodeado de nubes, toca su trompeta adornada por una bandera y con una cruz dibujada.

Los difuntos salen de sus tumbas; aparece una mujer a la derecha y un hombre a la izquierda y, entre ambos, un niño situado de espaldas.
La actitud de las tres figuras es de admiración, de éxtasis y de adoración. De hecho, esta carta representa la realización de la Gran Obra de transformación como respuesta a la llamada de lo Eterno, cuya convocación es escuchada y encuentra respuesta en el interior de aquellos que están dispuestos a recibir este don divino.

¿Qué es lo que hace sonar una trompeta en nuestro interior, por la que todo lo que hay de bajo en nuestra naturaleza emerge y acude en su respuesta, como mínimo un instante, apenas en un abrir y cerrar de ojos?

Dejad que la carta siga representando, para todos aquellos que no alcanzan a ver más allá, el día del Juicio y la resurrección en el cuerpo natural; pero dejad que aquellos que tienen una vista más aguda miren mejor y descubran algo más elevado.

Estos comprenderán el porqué ésta carta ha sido definida como una carta de vida eterna y, por este motivo, puede ser comparada con la carta de la Templanza.

19 El Sol





19 EL SOL
Engel:  Luz, verdad, calor, alegría, acción, unión, resolución, radiación, conjunción de los opuestos.

Hales: Brillo, hijos, calor, fertilidad, ingenuidad.  Claridad, El liderazgo, lo que no se puede dejar de ver, lo que no se puede ocultar.  Poder, alegría. Grandeza. Lo lúdico. Vitalidad. Seguridad. El niño interior.
Jodorowsky: ¿Qué me da la energía, la alegría, el éxito? ¿Comparto todo lo que soy y lo que tengo? ¿Puedo aceptar el éxito sin destruirme? ¿Estoy construyendo algo nuevo e importante? ¿Soy capaz de dejar atrás el pasado y comenzar una nueva vida? ¿Confío en el otro o la otra? ¿Soy un padre presente, generoso y cariñoso para mis hijos?

19. EL SOL: EL DIOS APOLO EN EL TAROT MÍTICO

La carta del Sol retrata a un hombre de una belleza clásica y bien proporcionado, con cabellos de oro, con una corona de hojas de laurel y que lleva en su cabeza el disco dorado del sol. Tiene alas doradas y lleva una túnica corta de un blanco deslumbrante. En su mano derecha sostiene un arco y una aljaba llena de flechas; en su mano izquierda mece una lira. Le hacen de marco dos columnas y un pórtico hecho de piedra de oro claro. Tras él, un paisaje oro y verde, con olivos, brilla bajo un cálido cielo azul.

SIMBOLOGÍA
Si los pesares y los miedos eran llevados a Apolo en una canción, él se los llevaba. La música como expresión del dios-sol, transforma nuestra oscuridad en luz y sentido.
La guirnalda de laurel se utilizaba para coronar a los vencedores de las competiciones atléticas y artísticas. El espíritu esforzado y la corona de la victoria son ambos aspectos del dios-sol.
Las flechas de Apolo de largo alcance, le merecieron el epíteto de "Apolo el de la Vista Larga", significando por eso que es una imagen de esa parte de nosotros que puede ver el propósito y la razón porque los experimenta mucho antes de que los hayamos procesado emocionalmente y dejado atrás.

RELATO DEL MITO: Aquí encontramos al radiante dios-sol Apolo, el caballero del Olimpo y señor de la profecía, la música y el conocimiento. Su apodo era el de Febo, que quiere decir "el brillante", y, según la mitología, se recreaba en lo alto de los picos de la montaña. Era hijo de Zeus, rey de los dioses, y de Leto, la diosa de la Noche. Al igual que otros niños, Apolo no fue alimentado con la leche de su madre. Se hartó de néctar y de dulce ambrosía, e inmediatamente el recién nacido arrojó sus pañales y fue dotado de fuerza viril. Con el arco y las flechas de largo alcance que Hefesto, el dios del fuego, había hecho para él, salió en busca de un lugar para su santuario. Pero el lugar que escogió fue la garganta de una montaña, que era la madriguera de la maligna serpiente femenina Pitón, una bestia enviada por Hera (esposa de Zeus), fuera de sí por los celos, para destruir a Leto, la madre de Apolo. El dios mató a Pitón con una de sus flechas y se coronó a sí mismo con el laurel sagrado, y llamó a su nuevo santuario Delfos.
En el santuario de Delfos estableció su oráculo, que se expresaba a través de una sacerdotisa que fue conocida como la Pitonisa. Mientras tanto, él dejaba Delfos cada año en otoño y viajaba a la misteriosa tierra de los Nórdicos, donde podía disfrutar de un cielo eternamente brillante. Apolo era enemigo de toda oscuridad, y podía quitar a los hombres la maldición del asesinato y las fatigas del dolor. Pero era una divinidad tramposa, porque su oráculo era de doble sentido y evasivo, y sus flechas podían matar no solamente a los monstruos, sino también a los hombres. Por eso era el dios de la muerte repentina lo mismo que era un sanador que se llevaba las enfermedades y las sombras. Respecto a la profecía, que normalmente era el don de las divinidades del mundo subterráneo, Apolo fue adueñándose de ella poco a poco hasta que llegó a encarnar en sí mismo la visión trascendental.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interno, Apolo, el dios-sol, es una imagen del poder de la conciencia para disipar la oscuridad. Como Hécate, que bajo el nombre de Artemisa era la hermana gemela de Apolo según la mitología, el dios personifica algo más que la capacidad de un individuo para alcanzar el conocimiento y la clarividencia. Apolo es una imagen del impulso hacia la conciencia que existe en toda vida, y, por tanto, es el complemento natural y la antítesis de Hécate. A lo largo de muchos siglos y a través del surgimiento y la caída de muchas culturas y civilizaciones, el impulso de conocer y el deseo de librarse de la esclavitud de la naturaleza oscura y desconocida, ha conducido a la humanidad hacia alturas impresionantes aunque peligrosas. Apolo representa el espíritu del esfuerzo intelectual, combinado con una visión del futuro que abarca un ideal de perfección.

Por eso el encuentro del Loco con Apolo, el dios-sol, le trae la esperanza y la claridad de la luz del día después de la larga noche de espera en el vientre de Hécate. A través de muchas pruebas y pérdidas el Loco ha conservado su meta y su integridad, pero la cara de la Luna es un sitio oscuro donde ha perdido a la vez su confianza y su poder de acción. Pero Apolo es el que disipa el miedo, y su luz brillante se lleva las sombras. Las sombras de la Luna son como los terrores nocturnos de la infancia, en la que nos sentimos pequeños e insignificantes ante la inmensidad de lo desconocido, amenazados por gigantescas serpientes que se asoman en la oscuridad. Apolo es una imagen de esa esperanza y de esa fe que no surge de ningún esfuerzo personal de nadie, sino del esfuerzo de todos nosotros, una herencia humana de nobleza y determinación que puede devolverle al Loco la fe en sí mismo, porque es también una fe en el significado y el propósito del camino humano. La carta del Sol simboliza ese espíritu indomable que ha luchado siempre contra la superstición, la impotencia, la ignorancia, y la servidumbre al fanatismo y a la desesperación.

Este es el espíritu que lucha con la serpiente Pitón, encarnación del poder negativo del instinto ciego y del miedo primitivo. La música de Apolo nos saca también de nosotros mismos, porque la música habla con una voz interpersonal, atravesando culturas y siglos y encarnando la tragedia y el triunfo humano. Por eso Apolo es una gran divinidad, respetada por todos los dioses, incluso las Moiras se sometieron una vez a su voluntad -aunque sólo fue una vez.

Pero el dios-sol es también ambivalente, porque demasiada luz pronto puede matar si el conocimiento es prematuro y destruye el tiempo necesario y la oscuridad necesaria para que las cosas se gesten. Por tanto, la carta del Sol va después de la carta de la Luna. El calor abrasador del sol puede quemar, porque no respeta las leyes de la naturaleza. Por eso Apolo, según la mitología, muchas veces era rechazado por las mujeres a las que se acercaba, porque su luz era demasiado brillante. 




19 – El Sol (Tarot Rider Waite)

Este niño desnudo a lomos de un caballo blanco, mientras despliega un estandarte encarnado, ha sido reconocido como el destino del Oriente Sobrenatural; la Gran y Santa Luz que precede el progreso sin fin de la humanidad, que brota del jardín rodeado por el muro de la vida de los sentidos y es transmitida al viaje de regreso a casa (es decir, hacia el Paraíso).

Además, esta carta también significa el paso de la luz manifiesta de este mundo, representada por el sol resplandeciente sobre la tierra, a la luz del mundo que vendrá, que precede a la aspiración a la entrada del Mundo Divino y se encuentra representada por el corazón del niño.
Esta última alusión es de nuevo una clave para un aspecto distinto del simbolismo. El sol es la conciencia del espíritu, el derecho y el revés de la luz reflejada. El modelo característico de la humanidad se ha convertido en el niño que hay en su interior; niño en el sentido de la ingenuidad e inocente en el sentido de la sabiduría y del conocimiento.

Con esta ingenuidad, él lleva el estandarte de la Naturaleza y del Arte; con esta inocencia, él representa el mundo reconstruido.

Cuando su espíritu consciente se produce en la conciencia sobre la mente natural, esa mente, en su renovación, guía la naturaleza animal hacia un estado de perfecta conformidad.

18 La Luna






18 LA LUNA
Engel:  Intuición, cambios, fluctuaciones, ciclos, arte, imaginación, fantasía, locura, sueños, inconstancia.

Hales: Energías femeninas, la carta oscura, confusión, sueños. La madre, la mujer, los ciclos previsibles. Las emociones alteradas.  Intuición, miedos o temores básicos.  Ilusiones engañosas.  Confusión. Imaginación.

Jodorowsky: ¿Cual es mi capacidad para receptiva? ¿Soy capaz de admirar los valores de los otros? ¿Tengo la modestia de aceptar mi gran valor espiritual? ¿Cuál es mi ideal imposible? ¿Le tengo miedo a la locura? ¿Soy capaz aún de gestar algo? ¿Reconozco a alguien como superior a mí? ¿Soy una madre no posesiva ni invasora?


18. LA LUNA: LA DIOSA HÉCATE EN EL TAROT MÍTICO

La carta de la Luna retrata una misteriosa figura femenina con tres caras, coronada con una diadema de la luna en sus tres fases. Sus cabellos son de plata, y ella lleva un vestido blanco que cae en un charco a sus pies. A su lado hay un perro con tres cabezas, mientras que desde las profundidades del charco un cangrejo intenta arrastrarse fuera del agua. El cielo tras ella es oscuro, iluminado tan sólo por la luminosidad de su corona.

SIMBOLOGÍA
Las tres caras de Hécate, como las tres caras de las Moiras, reflejan las inevitables facetas cambiantes de la vida.
El color blanco y el color plata, los colores del vestido y del pelo de Hécate, se asocian con la luna, porque se decía que contenían en sí todos los colores en una estado incipiente.
El cangrejo es una criatura que no pertenece totalmente ni al reino acuático ni al reino terrestre, sino que vive entre ambos. Por eso es una imagen del mundo de los sueños, que surge de las profundidades desconocidas, pero se mete en el mundo visible a través de poderosas imágenes y sentimientos que no pueden ser ignorados.

RELATO DEL MITO: Aquí encontramos a la anciana Hécate, diosa del mundo subterráneo, soberana de la luna, la magia y el encantamiento. Según la mitología, Hécate a veces se alternaba con Artemisa, diosa lunar, aunque era una divinidad mucho más vieja, y era poderosa tanto en el cielo como debajo de la tierra. Hija de Zeus y de Hera, Hécate suscitó la cólera de su madre por robarle un frasco de colorete. Ella huyó a la tierra y se ocultó en casa de una mujer que acababa de dar a luz un niño. El contacto con el parto la hizo impura, y por eso fue llevada al mundo subterráneo, para lavar su mancha. Pero resulta que se convirtió en uno de los soberanos del mundo subterráneo, y se la llamó la Reina Invencible, la que presidía las purificaciones y las expiaciones. Como era una diosa de encantamiento, enviaba a la tierra demonios que atormentaban a los hombres en sus sueños. Iba acompañada por Cerbero, el guardián de la entrada al mundo subterráneo, que tenía tres cabezas, y que era su forma animal y su espíritu familiar. Los sitios que solía frecuentar más a menudo eran los cruces de los caminos, las tumbas y los lugares de crímenes, y levantaban en su honor imágenes sagradas de tres cabezas en los cruces de los caminos y era adorada en vísperas de la luna llena.

El mismo Zeus honró tanto a Hécate que nunca le negó el antiguo poder del que ella siempre había disfrutado: el de conceder o denegar a los mortales cualquier deseo. Sus compañeras en el mundo subterráneo eran las tres Erinias o Furias, que castigaban las ofensas contra la naturaleza y representaban de una forma más amenazadora a las tres Moiras o Parcas. Por todo ello Hécate es una de las imágenes más arcaicas de la mitología, y preside la magia, el parto, la muerte, el mundo subterráneo y el destino.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, Hécate, la diosa de la luna, es una imagen de las misteriosas profundidades acuosas del subconsciente. Ya hemos encontrado este reino extraño e impalpable en otras dos cartas de los Arcanos Mayores: la Suma Sacerdotisa y la Rueda de la Fortuna. Estas tres cartas están vinculadas en su significado y representan una progresión en la comprensión profunda y en la experiencia del mundo subconsciente. Por medio de Perséfone, la Suma Sacerdotisa, el Loco empezó a estar atento a sus propias profundidades personales, a tener un yo secreto que estaba por debajo de la vida corriente. Por medio de las Moiras, que presiden la Rueda de la Fortuna, experimentó el poder que llamamos Destino, a través de los cambios repentinos de la suerte que revelan una ley invisible o un plan determinado por dentro. Aquí, en la carta de la Luna, encontramos en la imagen de Hécate una experiencia del gran mar colectivo del subconsciente del que ha surgido no solamente el individuo, sino la totalidad de la vida. Hécate es más que el retrato de las profundidades personales. Ella encarna el principio femenino en la vida misma, y las tres caras y las tres fases lunares reflejan su poder polifacético sobre el cielo y la tierra y el mundo subterráneo. En términos psicológicos, en este reino oceánico de la imaginación humana es donde han nacido los grandes mitos y los símbolos religiosos, y las obras de arte a lo largo de los siglos. Es un mundo caótico, confuso, ilimitado, del que los individuos, en su camino personal y la búsqueda de sí mismos, no son más que una parte pequeñita.

El encuentro con Hécate, la diosa-luna, es el enfrentamiento con un mundo transpersonal, donde los límites personales se borran y el sentido de la dirección y el ego se han perdido. Es como si tuviéramos que esperar sumergidos en las aguas de este mundo a la vez que surgen las nuevas posibilidades que con el tiempo se van a convertir en nuestro futuro. Pero las aguas oscuras del subconsciente colectivo contienen a la vez lo positivo y lo negativo, y a veces es difícil distinguir sus movimientos cambiantes de la locura y el engaño. Puede ser un mundo espantoso, que produce ansiedad, ya que vivir en el reino que preside Hécate significa vivir sin conocimiento ni claridad. Sobre nosotros ha ocurrido algo que limpia el pasado y prepara el camino para el futuro, pero debemos esperar como el feto espera en el vientre. El único camino que lleva al mundo de Hécate es el "camino real" de los sueños, que, al igual que el cangrejo, nos atormenta con una rápida visión y luego se desliza otra vez en el agua. La carta de la Luna es una carta de gestación, llena de confusión, ansiedad y aturdimiento. No tenemos nada que nos guíe, excepto el mundo de los sueños y la Estrella de la Esperanza, porque esta imagen de lo femenino no es una imagen personal como la de la Suma Sacerdotisa. Es vaga, impalpable e impersonal, y se encarna como humores cambiantes y confusión. Hécate nunca se puede asir realmente, porque es una diosa de la magia, e inicia al Loco en un mundo más grande que el suyo, ese agua original de la que procede toda vida.





18 – La Luna (Tarot Rider Waite)

La diferencia entre esta carta y la de otros modelos más convencionales radica en que, aquí, la luna está en su fase creciente, conocida como de la misericordia, a la derecha del observador.
Esta posee dieciséis puntas y dieciséis rayos menores. La carta representa la vida de la imaginación, separada de la vida del espíritu.
El sendero situado entre las dos torres representa el viaje hacia lo desconocido. Los dos perros son los temores de la mente ante esta posibilidad de salida cuando la única que guía el camino es una tenue luz reflejada.

Esta última referencia es una clave de lectura para otra forma de simbolismo. La luz intelectual es un reflejo más allá del cual se encuentra el misterio de lo desconocido, que no puede ser demostrado en primer lugar.

Esta luz ilumina nuestra naturaleza animal, representada por el cangrejo que está saliendo de las profundidades; la tendencia inconfesable, horrenda y más inmunda de la bestia más salvaje.
Esta intenta manifestarse simbolizada por el movimiento del agua de los abismos hacia la tierra firme, pero puede ser empujada hacia el interior de la voluntad racional.

El rostro de la mente dirige una sosegada mirada hacia todo aquello que permanece sin descanso allí abajo el mensaje es: «Paz, sigue reinando»; y es posible que alcance a dominar la naturaleza animal, mientras que los profundos abismos se olvidan de darle una forma.


17 La Estrella





17 LA ESTRELLA
Engel:  Felicidad, promesas que se cumplirán, esperanza, fe, sanación, curación, integración del cielo y la tierra.Sanar / limpiar las heridas del pasado.

Hales: Subconsciente, trascendencia, perdón gratuito y generoso, fe, confianza, creatividad. Psicólogo.  El arte. Oportunidad, verdad. Esperanza. Inspiración. Disposición generosa. Serenidad.

Jodorowsky: ¿He encontrado mi lugar ideal, el territorio sonde me realizo? ¿Hacia quien o hacia donde debo dirigir mi energía? ¿Amo a mi planeta y lucho por salvarlo de la industria nociva? ¿Soy capaz de aceptar el éxito? ¿Nunca termino lo que comienzo o si lo termino hago todo para destruirlo?

17. LA ESTRELLA:  EN EL TAROT MÍTICO

La carta de la Estrella retrata a una hermosa joven con una cabellera larga y bonita, arrodillada ante un cofre abierto. Del cofre sale un enjambre nocivo de criaturas voladoras que llenan el aire de tiniebla. Pero los ojos de la mujer joven están fijos en una estrella luminosa que se cierne sobre ella, y en la que se puede ver una figura femenina luciendo un traje dorado.

SIMBOLOGÍA
Pandora es, como Eva, una mujer. Es el lado femenino de la naturaleza humana -sentimiento, instinto, imaginación, intuición- que tiene que sondear la verdad a pesar de las consecuencias.
Los insectos, a diferencia de las criaturas de sangre caliente, están lejos de la conciencia humana y de la comunión. No podemos comunicarnos con ellos, sino que son aguijoneados y picados por su misma naturaleza. El cofre que Zeus envía a la humanidad con Pandora es como la manzana del jardín del Edén: algo que está prohibido, pero a lo que es imposible resistir. Contiene el conocimiento de la realidad de la vida humana, es decir, la muerte de la ingenuidad y de la fantasía infantil; aunque también contiene el atributo más precioso del espíritu humano.

RELATO DEL MITO: Aquí encontramos a Pandora, que según la mitología abrió el cofre que Zeus había dado maliciosamente a la humanidad, y soltó a todas las plagas. Después que el Titán Prometeo robara el fuego sagrado de los dioses para dárselo a los hombres, el rey de los dioses decidió infligir a la raza humana severos castigos, que culminaron en el gran diluvio descrito en la carta del Ahorcado. Antes de este diluvio, sin embargo, su ira era más sutil, aunque no se había saciado todavía. Zeus ordenó a Hefesto, el dios del fuego, que hiciera un cuerpo con barro y agua, le diera fuerza vital y voz humana, e hiciera a una virgen cuya belleza deslumbradora fuera igual a la de las diosas inmortales. Todas las divinidades colmaron esta nueva criatura con regalos especiales, y le dieron el nombre de Pandora. Hermes, sin embargo, puso perfidia en el corazón de Pandora y mentiras en su boca. Zeus envió esta mujer a Epimeteo, hermano de Prometeo, junto con un gran cofre, Pero Epimeteo, habiendo sido advertido por su hermano de que no aceptara regalos de Zeus, se disculpó respetuosamente. Pero luego, al ver la terrible venganza que el rey de los dioses infligió a Prometeo, Epitemeo (cuyo nombre significa "que ve por detrás") se apresuró a casarse con Pandora.

Prometeo, antes de ser agarrado y aprisionado en su solitario pico de la montaña, logró advertir a su hermano de que no tocara el cofre, y Epimeteo comunicó esta advertencia a Pandora con espantosas amenazas. Pero Hefesto había hecho a Pandora tan loca, traviesa y holgazana como hermosa. Al poco rato abrió la tapadera del cofre, y las terribles plagas que Zeus había juntado -la Vejez, el Trabajo, la Enfermedad, la Demencia, el Vicio y la Pasión- escaparon y se esparcieron sobre la tierra, infectando a toda la humanidad. Sólo la esperanza, que de algún modo consiguió encerrarse en el cofre junto con las Plagas, no se fue volando.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, la imagen de Pandora y la Estrella de la Esperanza es un símbolo de esa parte de nosotros que, a pesar de un contratiempo, una depresión o una pérdida, puede aferrarse todavía a un sentido y a un futuro que podría sobreponerse a las desgracias del pasado. La Estrella no representa un convencimiento totalmente formado de futuros planes, o una solución a los problemas de uno, o una guía para la acción. Como las cartas del Ermitaño y del Colgado, la carta de la Estrella es una carta de espera, porque el sentido de la esperanza es una luz frágil que alumbra y guía, pero no disipa la tiniebla enteramente. La esperanza aparece, pues, como una figura femenina, porque es el lado irracional de nosotros -la intuición-, el que percibe la Estrella en medio del enjambre nocivo de Plagas. La esperanza no hace que las Plagas se marchen, ni deshace la venganza que Zeus ha desatado. Pero, sea como sea, de alguna manera misteriosa, proporciona la fe y por eso en la imagen los ojos de Pandora están fijos no en las desgracias de la condición humana, sino en esa vaga, irracional, inexplicable sensación de que pronto llegará la aurora.

Esta clase de esperanza no tiene nada que ver con las expectativas planeadas. Está relacionada con algo profundo que hay dentro de nosotros, que a veces llamamos la voluntad de vivir, y que a pesar de ser una experiencia subjetiva, sin ninguna razón visible y concreta, muchas veces puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Los médicos saben que esto pasa con sus pacientes -que el individuo que tiene esperanza y voluntad de vivir puede encontrar a menudo el recurso interno para luchar contra una enfermedad que de otra manera le mataría-. Asimismo, individuos que han sufrido circunstancias trágicas o se han tenido que enfrentar a desafíos superiores a lo que soporta normalmente la capacidad humana -como aquellas personas que han estado en campos de concentración de Alemania y Polonia durante la Segunda Guerra Mundial, o que vieron a sus familias destrozadas en las invasiones rusas de Checoslovaquia en 1948 y Hungría en 1956- han dicho muchas veces que tenían fe y ese sentido de la diferencia entre la supervivencia y el derrumbamiento completo y la muerte. La esperanza es una cosa profunda y misteriosa, porque parece como si pudiera trascender todo aquello que la vida nos presenta en el camino de la catástrofe. Sin embargo, no surge por una acto de voluntad, aunque la Estrella de la Esperanza aparezca en el mito de Pandora tras una acción deliberada por su parte. Simplemente está allí, misteriosamente encerrada en el cofre junto con todas las calamidades, y si el individuo sabe percibir su delicado resplandor, entonces su respuesta ante las dificultades quedará radicalmente transformada. Por eso la Estrella, la visión de la esperanza y de la promesa que nos guía, no surge de la intención, sino de las cenizas de la Torre que ha sido destruida. El Loco espera entre los escombros, sin ninguna idea clara de cómo o qué reedificar. En medio de esta confusión y derrumbamiento de las actitudes y estructuras viejas surge la tenue, impalpable pero poderosa Estrella de la Esperanza.



17 – La Estrella (Tarot Rider Waite)

Una gran estrella luminosa con ocho puntas, rodeada por otras siete estrellas más pequeñas, también con ocho puntas. La figura femenina situada en primer plano está totalmente desnuda. Su rodilla izquierda está apoyada en la tierra y su pie derecho sobre el agua. Vierte el Agua de la Vida de dos grandes cántaros, regando tanto la tierra como el mar.

Detrás de ella podemos ver grandes extensiones de terreno y, a su derecha, hay un árbol sobre el cual está posado un pájaro. La figura expresa la belleza y la eterna juventud. La estrella es l’ étoile flamboyante que aparece en el simbolismo masónico, pero que ha sido confundido a este respecto. Aquello que transmite la figura en esta escena es la sustancia de los cielos y de los elementos.

Esta es una carta de esperanza. En otros aspectos se ha establecido que representa la inmortalidad y la luz interior.

Para la mayor parte de las mentes cultivadas, esta figura aparece como el modelo de la Verdad revelada, gloriosa en su belleza inmortal, mientras que vierte en las aguas del alma una parte de sus incalculables riquezas. Pero, de acuerdo con Waite, ésta es la Gran Madre en la cabalística Sefira Binah; la comprensión superior, que está en contacto y se comunica con los sefirot inferiores, en la medida en que éstos pueden llegar a recibir su influjo.


12 El Colgado





12 EL COLGADO
Engel:  Sacrificio, entrega, paciencia, apostolado, iniciación, cambio de punto de vista, humildad, crisis.
Hales: La mirada distinta, Otro punto de vista, presentarse de modo diferente. El pasado, vidas pasadas. Crisis de familia. El sacrificio autoasumido. Karma. Relajamiento. Visión distinta de la vida.

Jodorowsky: ¿Qué debo sacrificar? ¿De quién o qué debo alejarme? ¿Qué es lo que debo darme a mí mism@? ¿Qué es lo que debo estudiar? ¿A qué o quien le tengo rencor? ¿De qué o quien estoy siendo víctima? ¿Qué es lo que estoy ocultando? ¿Qué es lo que debo cesar de hacer o de soportar?

12. EL COLGADO: EL TITÁN PROMETEO EN EL TAROT MÍTICO

La carta del Colgado retrata a un hombre maduro, de pelo y barba color castaño. A pesar de estar aherrojado en una postura incómoda, justo ante un precipicio, y casi desnudo, sin embargo, tiene una expresión serena en el rostro. Detrás de él se asoma un paisaje oscuro de rocas ásperas, mientras que una puesta de sol lanza una luz roja como la sangre a través de su cuerpo e ilumina su cabeza. Un águila se abalanza sobre él.

SIMBOLOGÍA
La puesta de sol sugiere el declinar de la luz brillante de la consciencia y de la voluntad.
La postura de Prometeo implica que la cabeza (la mente racional) ya no controla. Como la puesta de sol, esta imagen simboliza el descenso del espíritu a la obscuridad del subconsciente.
El hígado, que según la mitología fue atacado por el águila de Zeus, era asociado al espíritu y a la esperanza. Por eso el tormento de Prometeo es una imagen de la pérdida de la fe que, según la mística, se llama la "noche oscura del alma", en la que lo único que se puede hacer es esperar, sin tener una visión segura de cómo va a acabar todo.

RELATO DEL MITO:  Aquí encontramos a Prometeo, el Titán que desafió la ley de Zeus y robó el fuego de los dioses para dárselo al hombre, sabiendo muy bien que iba a sufrir por su acción. El nombre de Prometeo significa "vidente", y el Titán poseía el don de la profecía. Se decía también en la mitología que había creado al hombre, fuera de la tierra y del agua, con sus propias lágrimas, mientras que Atenea (diosa de la Justicia) infundía la vida en la creación. Por eso Prometeo tenía una profunda simpatía por toda la humanidad, porque él los había hecho.

Pero Zeus afirmó su divina supremacía sobre los hombres negándoles el fuego. Eso quería decir que no podía haber progreso ni iluminación, porque sin el fuego el hombre estaba condenado a vivir como los animales, comiendo carne cruda y ocultándose en cuevas.
Prometeo cogió un poco de fuego sagrado de la forja de Hefesto (el dios del fuego y la forja), lo ocultó en un tallo hueco de hinojo, y lo llevó a la tierra. Zeus, ultrajado por el robo, decidió aniquilar a la humanidad por medio del diluvio para destruir a sus ofensores, porque no solamente fue injuriado su orgullo, sino que el hombre, con el fuego, podía intentar ser como dios. Pero Prometeo advirtió a su hijo Deucalión, que construyó un arca y subió a bordo junto a su esposa, Pirra. El diluvio duró nueve días y nueve noches, pero el último día de la inundación cesó y Deucalión ofreció un sacrificio a Zeus. El rey de los dioses, conmovido por su piedad, accedió a su petición de renovar la raza humana.

Pero Prometeo no pudo librarse tan alegremente. Como era de imaginar, Zeus lo agarró y lo ató con unas cadenas indestructibles en lo alto de un precipicio en las montañas del Cáucaso. Un águila bajaba cada día a devorar el hígado de Prometeo; cada noche el hígado volvía a crecer y la tortura continuaba. Después de treinta años, Zeus permitió que el Héroe Hércules le rescatara, quién mató al águila y rompió las cadenas del prisionero. Prometeo recibió la inmortalidad al tiempo que la humanidad, agradecida, levantó altares en su honor y por primera vez usó los anillos, en recuerdo de su esclavitud.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interno, Prometeo, el Colgado, es imagen de un sacrificio voluntario para un bien mayor. Este sacrificio puede ser de una cosa externa o puede ser una actitud interior, pero ha de hacerse de buena gana y con una aceptación plena del sufrimiento que se nos pueda exigir. En la carta de la Rueda de la Fortuna, el Loco encontraba estos golpes repentinos de la suerte que inauguran los cambios de mucha trascendencia en la vida. Pero, nosotros, como el Loco, podemos responder de muchas maneras a estos cambios. Hay personas que no pueden adaptarse y se aferran al pasado que han perdido. Otras se vuelven amargadas y le echan la culpa a la vida, a Dios, a la sociedad o a otra persona. La imagen de Prometeo es un símbolo de esta parte de nosotros que tiene la perspicacia necesaria como para comprender que determinados cambios pueden ser necesarios para descubrir un designio interno que aún no tenemos claro. Por eso, el Titán representa una actitud de sumisión voluntaria a ese misterioso centro cuyas obras están detrás de las vueltas de la Rueda.

Prometeo, implica una aceptación de la espera en la oscuridad. Está colgado torturado por la inquietud y el miedo de que su sacrificio al final pueda ser baldío; tiene aún una expresión llena de paz. Y su suspensión al final se acaba, modificándole a él y a su relación con los dioses, puesto que se le da la inmortalidad. En muchos aspectos, Prometeo es una imagen de la renuncia al control, para que pueda salir a flote un nuevo y más grande sentido de la vida. Puesto que Prometeo ha hecho al hombre, se puede decir que es una especie de espíritu visionario dentro de nosotros, que ve posibilidades superiores, y está dispuesto a dejar todo lo que antes considerábamos sagrado, para poder conseguir una conciencia mayor. Como resultado, Prometeo en un principio se hace terriblemente vulnerable, porque si estamos decididos a realizar un sacrificio semejante por fe, entonces nos abrimos a la vida, y la vida puede herirnos. Pero este precio, de entregar nuestras defensas y hacer el camino en la soledad y la duda, parece necesario para todo sentido real de aquello que nos sostiene cuando nosotros no podemos sostenernos a nosotros mismos. Es lo que las religiones entienden por verdadera fe, y sólo se puede ganar arriesgándose en la vida. La carta del Colgado, es una consecuencia natural de la vuelta de la Rueda de la Fortuna, ya que implica una voluntad de creer en ese "Otro" que sabe mejor que el ego lo que puede ser justo y necesario para el desarrollo de uno.




12 – El Colgado (Tarot Rider Waite)

La horca en la que un hombre está colgado al revés forma una cruz, Tau, mientras que la figura de la posición de las piernas parece dibujar una cruz en forma de gancho.

Una aureola le rodea la cabeza, al igual que si fuese un mártir. Se puede observar que: 1) el árbol del sacrificio está vivo, tal y como lo atestiguan sus ramas; 2) el rostro del hombre expresa un profundo estado de arrepentimiento y no de sufrimiento; 3) la figura, en su conjunto, nos sugiere una vida en suspensión, pero siempre de vida y no de muerte.

Es una carta con un profundo y complejo significado, pero éste se halla oculto por el velo de los símbolos. Ha sido definida como una carta de martirio, una carta de prudencia, una carta de grandes esfuerzos.

Por su parte, Waite afirmó que el colgado expresa la relación, en uno de sus aspectos, entre lo Divino y el Universo.

Aquel que alcanza a comprender que la historia de su naturaleza superior se halla empapada de este simbolismo, afirma el esoterista inglés, recibirá anuncios y presagios con respecto al Gran Despertar y sabrá que tras el Sagrado Misterio de la Muerte, se encuentra el Glorioso Misterio de la Resurrección.

11. LA FUERZA






11 LA FUERZA
Engel:  Mantenerse firme, resolución, persuasión, enseñanza esotérica, fiereza, energía que quiere salir, manejo de fuerzas, sublimación de lo animal.
Hales: La contradicción, la pasión, las fuerzas opuestas, domesticar. Sensualidad, sexualidad, reconocimiento y aceptación de las oposiciones. Fuerza, paciencia. Compasión. Control suave.

Jodorowsky: ¿Qué clase de fuerza es la que tengo: fuerza intelectual, fuerza emocional, fuerza sexual-creativa, fuerza material? ¿Me propongo con mis ideas cambiar el mundo? ¿Me siento ignorante o tant@? ¿Me propongo dar mi amor? ¿Me siento egoísta? ¿Me propongo realizar mis deseos? ¿Me siento impotente o frígida? ¿Me propongo realizarme? ¿Me siento cobarde? ¿Qué es lo que debo domar?

11. LA FUERZA: HÉRCULES EN EL TAROT MÍTICO

La carta de la Fuerza retrata a un hombre musculoso y poderosamente constituido, de pelo castaño y rizado, cubierto sólo por un taparrabos. Está empeñado en una lucha salvaje con un león, y ha conseguido enroscar sus manos fuertes alrededor del cuello de la fiera; en el momento crítico de la lucha, sale ganador. Alrededor del hombre y del león se vislumbran las paredes rocosas de una cueva oscura. A través de la boca de la cueva se puede ver un paisaje yermo de colinas pardas.

SIMBOLOGÍA
El león puede ser vencido sólo con las manos desnudas; no sirven instrumentos hechos por el hombre, sino tan sólo los recursos de uno mismo.
La oscuridad de la cueva es como la oscuridad del subconsciente en el que habitan los instintos primitivos, invisibles al conocimiento ordinario.
El taparrabos del Héroe tiene el color rojo-sangre de la vestimenta de Ares, que encontramos en la carta del Carro, porque ha aprendido ya la lección de dominar su agresividad y dirigirla hacia una finalidad creativa.

RELATO DEL MITO: Aquí encontramos al gran guerrero Heracles, llamado Hércules por los romanos, que según la mitología era el más invencible de los héroes. Era hijo de Zeus, rey de los dioses, y de una mujer mortal llamada Alcmene. Hera, la esposa de Zeus, como siempre, estaba celosa del niño nacido del adulterio de su marido, y perseguía al héroe con terribles castigos. Ello lo volvió loco, y él en su locura mató sin querer a su mujer y a sus hijos. Hércules rogó a los dioses que le dieran algún trabajo para expiar sus crímenes, y el oráculo de Delfos le ordenó que se sometiera a doce años de trabajos forzados al servicio del malvado rey Euristeo, al que Hera favorecía. Por eso el héroe se sometió voluntariamente al servicio de la diosa que le persiguió, para expiar un crimen del que ella era principalmente responsable.

El primero de los famosos Doce Trabajos que el rey Euristeo le exigió a Hércules fue el de enfrentarse con el león de Nemea, una enorme fiera con el pellejo duro como el hierro, el bronce y la piedra. Puesto que el león había asolado al vecindario, Hércules no encontró a nadie que pudiera llevarle hasta su cubil. Encontró a la fiera por casualidad, manchada con la sangre de la última víctima. Él le disparó una lluvia de flechas, pero éstas rebotaron indemnes del pellejo grueso del león. A continuación utilizó su espada, que se torció, y después su garrote, que se hizo astillas sobre la cabeza del león. Entonces Hércules cubrió con una red una de las dos bocas de la cueva en la que el león se ocultaba, y se deslizó por la otra entrada. El león sacó una de sus garras, pero Hércules consiguió agarrarle del cuello y le apretó hasta matarle con sus propias manos. Entonces despellejó al león con sus propias garras, afiladas como navajas, y desde entonces usó siempre la piel como armadura y la cabeza como casco, llegando a ser así tan invencible como la misma fiera.

SIGNIFICADO DE LA LÁMINA: A nivel interior, la lucha de Hércules con el León de Nemea es una imagen del problema que supone contener a la fiera poderosa y salvaje que hay en nosotros, pero conservando al mismo tiempo esas cualidades animales que son creativas y vitales. El león es una fiera especial, y refleja un aspecto de la psique humana diferente al de los testarudos caballos de la carta del Carro. El León en la mitología ha sido siempre asociado a la realeza, incluso cuando está en su mayor destructividad, y este rey de las fieras es una imagen de los comienzos infantiles, salvajes y totalmente egocéntricos de una individualidad única. Por eso el León de Nemea no es totalmente malo, sino que posee una piel mágica que puede ofrecer invencibilidad. Esta invencibilidad está relacionada con el sentido de permanencia interno que procede de un sólido sentido de "mí". Cuando llevamos la piel de león al que hemos dominado, las opiniones de los demás, que tanto temor produce en los corazones de los tímidos, importan poco, porque estamos armados en nuestro propio indestructible sentido de identidad.

Por muy prometedor que sea su potencial, el león es salvaje y sañudo. Este rasgo desatado de una persona es la tendencia "primero yo", que quiere destrozar alegremente todo cuanto se le pone por delante, con tal de que esté asegurada su propia satisfacción. La ira es una de las manifestaciones de esta tendencia -no la cólera saludable que podría ser apropiada a una situación, sino un ataque furioso, explosivo, demoledor, que nos da cuando no conseguimos lo que queremos-. La soberbia implacable es otra de sus facetas -no el respeto a uno mismo, sino una autovaloración ampulosa e hinchada que puede volvernos salvajes e inflexibles hacia aquellos a los que estamos subordinados y que nos roban la fama-. El león es, en muchos aspectos, como el niño enfadado que hay en nosotros, que pretende que el mundo gire a su alrededor y destroza ciegamente y sin pensar cuando eso no se produce. Pero si esta fiera es dominada, entonces podemos apoderarnos de su mágica piel, que en términos psicológicos quiere decir integrar el poder vital de la fiera y hacer que sirva a un ego consciente y responsable. Por eso la conquista del león por parte de Hércules no es, en realidad, una carnicería, sino una especie de transformación, para que la fuerza y determinación del animal sean expresadas por un humano y no por una bestia. En esto consiste la ambivalencia de la carta de la Fuerza, porque Hércules pudo limitarse a destrozar a la bestia sin sacar provecho alguno de su matanza. Esta es la cara negativa de Hércules dentro de nosotros: esa especie de fuerza que refrena y reprime todos los instintos sin ninguna transformación, dejando atrás una concha fuerte dentro de la cual vive un alma sin pasión, sin cólera, y sin una verdadera identidad.





La Fuerza (Tarot Rider Waite) Carta 8

Una mujer, sobre cuya cabeza aparece el mismo símbolo de la vida que habíamos visto en la carta del Mago, está entreabriendo las fauces a un león.
El único punto en el que se diferencia esta representación de otras más convencionales es que su benéfica influencia ha subyugado al león. Por motivos que Waite no considera oportuno explicar, esta carta ha sido intercambiada con la carta de la Justicia que, normalmente, es la que siempre suele venir numerada con el número ocho.

La Fuerza, en uno de sus más poderosos aspectos, se halla relacionada con el Misterio de la Unión Divina. Por supuesto, esta virtud actúa en todos los planos y a partir de aquí invierte todas las cosas en su simbolismo.

También está relacionada con la inocencia inviolada (la inocencia preservada) y con la fuerza que requiere toda contemplación; es el dulce yugo de la Ley Divina, cuando ésta ha penetrado en lo más profundo de las almas.
En su sentido más común, esta carta no tiene nada que ver con la auto-confianza, aunque esto pueda ser sugerido, puesto que nos remite a la confianza de aquellos cuya fuerza es Dios, de aquellos que lo han elegido como su refugio.

Y, finalmente, de acuerdo con Waite, existe una relación por la cual el león simboliza las pasiones y que la que es llamada la Fuerza es la esencia más importante de su liberación. Ha pisoteado a la serpiente venenosa y al basilisco y ha conseguido domar al león y al dragón.